domingo, 13 de enero de 2013

Una guerra muy particular (TEXTO N° 100 DEL BLOG).



I- Presentación.

      Dentro de la literatura anglosajona, existe toda una tradición de narraciones ambientadas en plena Navidad, a través de una historia que tras la atmósfera de festejo y alegría, pretende tratar temas de carácter valórico cristiano; todo siempre dejando un mensaje positivo donde el amor y la buena voluntad se conllevan con el verdadero propósito de esta fecha.   Dentro de estos relatos nos encontramos con el gran clásico de Charles Dickens, Una Canción de Navidad, el que ha llegado ha popularizarse tanto, que incluso quienes no hay leído el libro, sí conocen al atribulado Ebenezer Scrooge, gracias a cualquiera de las diversas adaptaciones audiovisuales que se han hecho de dicha obra.
    Una literatura famosa por su capacidad extrapolativa y el gran despliegue imaginativo de sus autores como la ciencia ficción, no podía quedar exenta de este tipo de relatos.  De este modo una de sus autoras más consagradas, la norteamericana Connie Willis, ha declarado públicamente su aprecio por estas fabulaciones y ha publicado más de un cuento navideño, llegando incluso a reunirlos en al menos un libro.  Dentro de este contexto, su recopilación El Espíritu de la Navidad es una lectura recomendable sin dudarlo; los cuentos navideños de Willis no dejan de lado la llamada “ficción especulativa”, con historias donde lo maravilloso se conjuga con los mundos futuros posibles, el romance, el humor e incluso el suspenso (tal como ya en el siglo XIX Charles Dickens creó este tipo de historias con su célebre novela).
    Es así como para celebrar el texto número 100 de mi blog (¡Me felicito a mí mismo!), he escogido una novelita corta de mi segundo escritor favorito (Adivinen quién es el primero), Orson Scott Card, titulada Guerra de Regalos, para subir a la red un análisis crítico de ésta.  A Orson Scott Card hace rato que le debía un espacio en esta página, considerando además la gran calidad de su trabajo y la fuerza que posee para crear personajes carismáticos,  como también situaciones inolvidables, pudiendo muchas de ellas emocionar hasta las lágrimas a sus lectores (y no lo digo sólo por mí).  Pues bien, Card tuvo entre sus geniales ideas, la ocurrencia de escribir una novela corta que cumple con las características arriba mencionadas (bueno, no todas, pero sí la mayoría y en especial lo de estar ambientada en plena Natividad), siendo que además su texto permitió ser el regreso a su obra de uno de sus personajes más famosos: Ender Wiggin.
Orson Scott Card: Una leyenda viviente.
2- El Autor.

     Dentro de la moderna ciencia ficción y fantasía literarias, Orson Scott Card es hoy en día uno de los autores más celebrados y respetados por la crítica especializada y los lectores; éste tiene a su haber un montón de libros, de los cuales varios corresponden a sagas, entre las que se encuentran propiamente la de Ender, la de Alvin Maker, la de Las Sombras (también conocida como la de Bean y estando muy emparentada con la de Ender) y la de El Regreso a la Tierra; no obstante también posee un montón de libros independientes, entre ellos colecciones de cuentos que abarcan varios periodos de su desempeño literario.
    Card irrumpió en el mundo literario en el año 1978 con una novela corta que de inmediato acaparó la atención de quienes tuvieron el gusto de leerla: El Juego de Ender, la que le otorgó de inmediato el Campbell Award al mejor autor novel aquel año.  Con ya unos cuantos libros publicados como escritor profesional, Card decidió desarrollar más los eventos de la novela corta que lo hizo famoso y es así como en 1985 salió a la luz un Juego de Ender mucho más extenso que le otorgaría la consagración definitiva, obteniendo los populares premios Hugo y Nébula.  Considerando la fuerza narrativa del nuevo universo ficcional que logró crear, con el tiempo iría agregando a su lista de obras 5 libros más ambientados en el mundo de Ender, siendo cada una de estas obras, tanto o más formidables que el libro que le dio origen; estos libros son La Voz de los Muertos, Ender el Xenocida, Hijos de la Mente, Guerra de Regalos y Ender en el Exilio.  Pero la creatividad (e inteligencia) del escritor estadounidense fue aún más grande y en 1999 dio a la luz una novela paralela a los eventos de El Juego de Ender, rescatando unos cuantos personajes secundarios del libro original y creando otros igual de atractivos, titulando a su nueva obra de entonces como La Sombra de Ender; fue así como con este texto inició una saga que siguió por su cuenta con eventos transcurridos en el mismo universo de Ender Wiggin.[1] 5 son las novelas en total que corresponden a esta saga paralela.
     Para resumir en pocas palabras de qué trata El Juego de Ender, del cual Guerra de Regalos es un texto que transcurre durante los eventos narrados en su desarrollo, se puede contar lo siguiente sin tener que quitarle al posible nuevo lector la maravilla de encontrarse con un libro encantador y del cual logre descubrir por sí mismo sus virtudes.   En un futuro ni tan cercano, ni tan lejano, la Tierra se encuentra en una guerra contra la única raza extraterrestre con la cual ha entrado en contacto, los Insectores, especie tan diferente a la humanidad, de modo que la inexistencia de comunicación impide llegar a un acuerdo favorable entre sí.  Los Insectores están devastando el planeta y las autoridades abrumadas por la muy probable desaparición de la especie humana, deciden escoger a un montón de niños superdotados a lo largo del mundo para prepararlos de modo de ser los comandantes en las futuras batallas.  Tanto a Ender como al resto de sus compañeros los hacen practicar juegos de simulación computacionales para desarrollar sus habilidades.  Al final del libro Ender logra darle a los humanos el triunfo sobre sus enemigos, pero se da cuenta de ello cuando la victoria ya está lograda.  Esta hazaña marcará la vida de Ender para el resto de su vida.
     En cuanto a la psicología de Ender, este es un líder nato, el cual si bien compartía la inteligencia privilegiada en conjunto con los demás niños de la Escuela de la Batalla, se destacaba además por su espíritu amable y tolerante (todo en parte gracias a la educación valórica que alcanzó a tener de su familia hasta poco antes de ser reclutado).
    Las continuaciones originales a El Juego de Ender, transcurren siglos después de los eventos del primer libro, siendo Ender aún bastante joven gracias al llamado viaje relativista, de modo que mientras su permanencia en las naves hace que el tiempo le sea breve, para el resto han pasado años, siglos o milenios.  Pero en el caso de Guerra de Regalos, tal como la novela paralela de La Sombra de Ender, la historia transcurre en la misma Escuela de Batalla cuando Ender aún es un niño y la guerra contra los Insectores continúa efectuándose.
Portada de adaptación al cómic de
"El Juego de Ender" por Marvel Cómics.
     Siendo Card un autor mormón practicante, su literatura pese a lo que alguien prejuicioso creería, no peca de proselitista; al contrario, el escritor nos da a todos una lección de tolerancia y ecumenismo como poco se ha visto en los autores que se precian de ser religiosos.  Si bien ha escrito obras donde le ha otorgado un papel fundamental a su iglesia, tal como en la colección de cuentos postapocalípticos (aunque no derrotistas) La Gente del Margen, este artista ha optado por primar en sus personajes y narraciones el valor fundamental de la fe religiosa en gran parte de su obra; de este modo en sus libros no sólo hay mormones, también hay muchos católicos, judíos, musulmanes y otros, tratando a todos estos con el mayor respeto posible y desarrollando el debate teológico con una sencillez y claridad tal, que bien permite al lector reflexionar acerca de la posibilidad de un mundo racional donde ciencia y fe no tengan por qué ser enemigas (y donde la hermandad entre los distintos pueblos no sea algo lejano).   Dentro del carácter ecuménico de sus libros, cabe destacar la preponderancia que le da un mormón al credo católico, de modo que, por ejemplo, La Voz de los Muertos está ambientado en el planeta de Lusitania, colonizado por brasileños negros católicos; el padre de Ender es católico (siendo su madre mormona); mientras que Bean, el protagonista de la saga de Las Sombras, tiene como a una de sus grandes amigas y protectoras a Sor Carlota. 
    Para terminar este apartado dedicado al aspecto religioso de la obra de Card, es relevante tener en cuenta además que a lo largo de gran parte de sus textos, las citas bíblicas y simbolismos relacionados, abundan, lo que bien se puede observar en su saga de fantasía de Alvin Maker: esta corresponde a una ucronía (realidad alternativa en la cual los eventos históricos tomaron un rumbo diferente al nuestro, por ejemplo, como en muchas historias de este tipo donde la Segunda Guerra Mundial la ganó el Eje y no los Aliados), ambientada en la primera mitad de un siglo XIX hipotético. en un Estados Unidos que aún no se ha independizado por completo de la Corona Británica; en esta variación de nuestro mundo, la magia es pan de cada día y cada ser humano nace con un don sobrenatural (concepto del don tomado del Antiguo Testamento).  Hay personajes  que reciben nombres como Soldado de Dios y otros similares.  Por muy increíble que parezca, la magia no se contradice con el mundo espiritual cristiano, puesto que el autor la hace ver como una manifestación de la naturaleza divina.  Igual en esta ucronía existen otros pueblos que no siguen la fe cristiana, como los Pieles Rojas, pero aún así Card hace ver en ellos que está presente la mano de Dios.
    A continuación una cita textual del final de La Sombra de Ender para ilustrar la dimensión religiosa de la obra de Orson Scott Card:

Elena apenas pudo contener la alegría cuando sor Carlotta llamó, preguntando si su esposo y ella estarían en casa dentro de una hora.
-Les traigo a su hijo -dijo.
Nikolai, Nikolai, Nikolai. Elena canturreó el nombre una y otra vez con su mente, con sus labios. También Julian, su marido, bailotea­ba por la casa, mientras ultimaba los preparativos. Nikolai era tan pequeño cuando se marchó. Ahora sería mucho mayor. Apenas lo co­nocerían. No comprenderían lo que había vivido. Pero no importaba. Lo amaban. Descubrirían quién era otra vez. No dejarían que los años perdidos se interpusieran en los años por venir.
-¡Veo el coche! -exclamó Julian.
Elena retiró rápidamente las tapas de los platos, para que Nikolai pudiera entrar en una cocina llena de los más frescos y puros olores de la comida de su infancia. Seguro que lo que comían en el espacio no es­taba tan bueno como esto.
Entonces corrió hacia la puerta y permaneció junto a su marido, veía cómo sor Carlotta bajaba del asiento delantero.
¿Por qué no viajaba detrás con Nikolai?
No importaba. La puerta trasera salió, y Nikolai emergió, desple­gando su cuerpo joven y grácil. ¡Qué alto estaba! Sin embargo, seguía siendo un niño. Todavía le quedaba un poco de infancia por vivir.
¡Ven corriendo a mis brazos, hijo mío!
Pero él no corrió. Le dio la espalda a sus padres.
Ah. Buscaba algo en el asiento de atrás. ¿Un regalo, tal vez?
No. Otro niño.
Un niño más pequeño, pero con la misma cara que Nikolai. Qui­zás demasiado cauteloso para tratarse de un niño tan pequeño, pero con la misma bondad descubierta que Nikolai había tenido siempre. Nikolai sonreía de oreja a oreja, henchido de felicidad. Pero el peque­ño no sonreía. Parecía inseguro. Vacilante.
-Julian -dijo su marido.
¿Por qué pronunciaba su propio nombre?
-Nuestro segundo hijo -dijo él-. No murieron todos, Elena. Vivió uno.
Toda esperanza por aquellos pequeños se había enterrado en su corazón. Casi le dolió abrir aquel lugar oculto. Se quedó boquiabierta, abrumada por la intensidad del momento.
-Nikolai lo conoció en la Escuela de Batalla-continuó él-. Le dije a sor Carlotta que, si teníamos otro hijo, querías llamarlo Julian.
-Lo sabías -dijo Elena.
-Perdóname, mi amor. Pero sor Carlotta no estaba segura enton­ces de que fuera nuestro. O de que pudiera regresar a casa alguna vez. Y yo no podría soportar hablarte de esperanza, sólo para romperte el corazón más tarde.
-Tengo dos hijos -dijo ella.
-Si lo quieres -dijo Julian-. Su vida ha sido dura. Pero aquí es un extranjero. No habla griego. Le han dicho que viene sólo de visita. Que legalmente no es nuestro hijo, sino más bien está a custodia del es­tado. No tenemos que aceptarlo, si tú no quieres, Elena.
-Calla, bobo -dijo ella. Entonces, en voz alta, llamó a los dos ni­ños que se acercaban-. ¡Aquí están mis dos hijos, de vuelta a casa tras la guerra! ¡Venid con vuestra madre! ¡Os he echado tanto de menos, y durante tantos años!
Ellos corrieron a su encuentro, y ella los abrazó. Sus lágrimas los salpicaron a ambos, y las manos de su marido se apoyaron en las cabe­zas de ambos niños.
Su marido habló. Elena reconoció sus palabras de inmediato, del evangelio de san Lucas. Pero como sólo había memorizado el pasaje en griego, el pequeño no lo entendió. No importaba. Nikolai empezó a traducirlo al Común, el idioma de la flota, y casi de inmediato el pe­queño reconoció las palabras, y las dijo correctamente, de memoria, tal como sor Carlotta se las había leído años atrás.
-Comamos, y regocijémonos: pues mi hijo estaba muerto, y vuel­ve a estar vivo; estaba perdido, y ha sido encontrado.
Entonces el pequeño se echó a llorar y se abrazó a su madre y be­só la mano de su padre.
-Bienvenido a casa, hermanito -dijo Nikolai-. Te dije que eran buena gente”.

Muy bella portada gringa de "La Sombra de Ender"
(ni se compara a algunas espantosas portadas españolas)
     El extracto de arriba permite mostrar además otra gran faceta de la literatura de Orson Scott Card: la enorme sensibilidad de sus escritos, permitiéndose realzar la emotividad de sus personajes, como también en muchos de los momentos claves de sus libros.  Si bien sus personajes son seres por lo general de gran inteligencia y con una gran capacidad para la elocuencia, nunca dejan de ser criaturas sensibles y ello se puede observar en la disposición de los eventos narrados; de este modo muchas de las situaciones en las que se desenvuelven sus protagonistas, implican un claro despliegue de su parte más humana, a través de sus sentimientos, los que como personajes propios del Romanticismo no temen mostrar.  En otras palabras, lo que hace Card, es otorgarle a sus ficciones gran humanidad, pudiendo además propiciar los valores de la amistad, la solidaridad, la compasión, el sacrificio y perdón en las páginas que escribe, aparte de la tolerancia como ya se detalló con anterioridad.
    En la obra de este escritor, igualmente se aprecia cómo le gusta tomar a los protagonistas desde su más tierna infancia (contándonos incluso detalles desde antes de sus nacimientos), para ir narrando su existencia con el paso de los años, hasta llegar a la edad madura. Así es cómo los vemos crecer no sólo físicamente, si no que ir madurando en un proceso donde el lector contempla su evolución como individuos y personajes; por ende, resulta difícil no encariñarse con ellos, ante el hecho de ser testigos de su vida a lo largo de años ficticios y a través de los cuales su psicología y espiritualidad han ido tomando forma.  Cada hecho que les ocurre y en el que intervienen, les otorga mayor fuerza como protagonistas, convirtiéndolos en personajes tan bien modelados, que logran destacar entre otros de autores del mismo género.  Todo esto sucede con nombres como Ender, Bean y Alvin Maker, así como también con los personajes de apoyo de estos.  En resumen, la literatura de Orson Scott Card es una obra que si bien demuestra poseer gran versatilidad a la hora de diseñar ambientes ficticios, se sostiene más bien en el peso dramático de los personajes que llega a crear.

3- La novela misma.

     Esta novela corta relata cómo la Escuela de Batalla, mientras Ender, Bean y los demás son preparados para la lucha final contra los Insectores, se convierte en el campo de una guerra mucho más sutil, aunque no por ello deja de ser importante: una batalla ideológica en la cual el motivo central es la relevancia del derecho a cultivar el credo religioso sin represalias y en completa libertad; por ende, lo que está en juego es el valor mismo de la dignidad de la personas ante su individualidad.   Todo lo anterior debido a que en fechas cercanas a la Navidad, una pareja de niños de entre los reclutas, ante la nostalgia de no poder hacer uso de sus tradiciones en una fecha como la que se avecina, deciden hacerse simbólicos regalos.  Lo anterior despierta el recelo en Zack Morgan, otro niño del lugar, pero que ha sido llevado contra su voluntad a formar parte de la Escuela de Batalla, puesto que es hijo de un ministro puritano, quien le ha inculcado una serie de ideas fundamentalistas y le ha hecho creer que gran parte de las manifestaciones de los no creyentes, son actos dirigidos por el Diablo.  Así es como Zack inicia una serie de acciones, cuyo propósito no es otro que denunciar el gesto de sus compañeros como un supuesto favoritismo de los encargados de la Escuela de Batalla, al no permitir otras manifestaciones “religiosas”, pero sí la hasta cierto punto inocente jugarreta navideña de sus compañeros.
     Ahora bien, como la Escuela de Batalla está compuesta por niños de todo el mundo, con diferentes visiones culturales y creencias, los responsables han decidido prohibir las manifestaciones religiosas, en beneficio de un bien común que permita el trabajo en equipo sin ánimo de diferencias intelectuales.  No obstante los hechos acaecidos demostrarán cómo no se pueden suprimir los valores tradicionales, ni el deseo de buena voluntad entre la gente, menos entre los niños que a futuro liderarán el mundo.
    En una primera instancia se observa a Zack como a un niño cegado por las erradas creencias impuestas por su padre, mas luego a medida que los hechos transcurren, se va descubriendo la nobleza de su corazón y la razón de su accionar.
    El libro parte con la forzada separación de Zack de su familia, primera clave para comprender el dilema que se establecerá en la Escuela de Batalla.  Luego el autor nos regala unos capítulos que muestran a los dos hermanos del propio Ender, Peter y Valerie, personajes de gran importancia en las sagas de Ender y Bean, aún en las casa de sus padres y todavía niños.  Estos capítulos sirven como enlace a lo que más adelante sucederá, permitiendo apreciar mejor la connotación del mensaje navideño de Card.
     Bastante bien avanzada esta novela corta, de poco más de 100 páginas, interviene Ender; éste aparece en el texto no cómo el “salvador” de los acontecimientos, si no cómo la contrapartida al particular punto de vista que viene a ser el verdadero protagonista del libro.  Al final el propio Ender puede llegar a aprender del pequeño drama que entonces se está dando dentro de lo que ahora es su hogar.
    Orson Scott Card en su sabiduría y humanismo, nos hace ver en esta obrita suya, que no importa cuán distintos seamos, cada uno de nosotros tiene algo que aportar al mundo y que no son nuestras habilidades las que nos definen, si no que nuestras decisiones (y aquí me agarro de las bellas palabras que le dice Dumbledore a Harry Potter al final de La Cámara Secreta).  Como todo lo de su autor, éste es un pequeño libro altamente recomendable, que bien se puede leer por sí mismo, sin haber disfrutado antes de la novela original y los muchos tomos que le siguieron, pero que también es un excelente complemento de la misma saga y un breve regreso a la recordada Escuela de Batalla.

Bellísima portada del segundo libro de la saga
de Alvin Maker (por supuesto, no es una portada española).


[1] Por cierto, la fama de El Juego de Ender llegó a tal punto, que una de las películas de la hilarante serie animada de ciencia ficción paródica Futurama se llama El Juego de Bender (en atención también al robot corprotagonista de la serie, de nombre Bender).

12 comentarios:

  1. estimado Elwin:

    fuera de que tus comentarios, como siempre, son realmente buenos, en esta oportunidad tengo que decir que tu saber está algo retrasado.

    pues verás que hay un quinto libro de la Sombra.
    Sí, "Sombras en Fuga" salió el año recién pasado con los personajes que se desgajan de la Tierra al final de "La Sombra del Gigante".
    No quiero hacer mucho Spoiler, pero se trata del viaje y descubrimiento de quienes tienen la misma enfermedad de Bean. supuestamente estos personajes podrían encontrarse con Ender y Val antes de los acontecimientos de "La Voz de los Muertos", o al menos eso dicen las malas lenguas.

    justamente voy a iniciar la lectura de este quinto libro de Bean, así que ya te contaré.

    por cierto, terminé "El Consejo de Hierro" de China Miéville. es la raja, a ver si hablamos.

    un gran abrazo.

    Jano.

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  2. por cierto, se me olvidaba: ¡Felicitaciones por tus 100 entradas!

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  3. Muchas gracias, Bender, bah, perdón, Alejandro, por "actualizarme" ante mi error, que ya lo he corregido. Lamento no poder tener aún el resto de los libros dedicados a Bean (salvo como bien sabes, el primero de ellos); mientras tanto leo y disfruto "Ender en el exilio", por lo que creo que para el 1° de feb. estaré publicando su crítica respectiva. Te agradezco además el saludarme y felicitarme por los 100 textos, que eres el primero de mis amigos en hacerlo (a ver si el resto me concede el mismo honor). Suyo afectísimo, Jack el Destripador.

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  4. Querido, Cumplo mi compromiso de leerte, como siempre es una agradable actividad...Felicito tu entusiasmo y constancia para mantener vivo el blog, es una tarea que merece reconocimiento....Espero poder leer más del autor, ya que sólo he podido disfrutar del "Juego de Ender" que ud. mismo me prestó...Saludos!!!

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  5. Gracias, comadre, por detenerte por estos lares. En verdad Orson Scott Card es altamente recomendable. Como te conté, este año daré a leer a mis alumnos "El Juego de Ender" (así tengo la excusa de releerlo de nuevo). Ya ya me leí "Ender en el Exilio", que es aún mucho mejor que esta novelita; para el 1° de feb. pretendo publicar una crítica sobre tal libro,

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  6. Querido Jack: En primer lugar, felicitarte por llegar al texto Nº 100 !Como siempre, me cuesta comenzar a leer tus artìculos, (te lo he comentado)pero una vez que le doy una leìda quedo atrapada por tus anàlisis y comentarios (Ademàs son muy claros y didàcticos).Tu sabes que me contagiaste el gusto por Ender y Bean, asi que sòlo me resta agregar que,justamente lo que escribes sobre la capacidad de Scott Card de desarrollar un personaje desde su niñez y ver su proceso de maduracion,el desarrollo de sus valores y su anàlisis sociologico de los grupos para poder sobrevivir es lo que màs me atrae.Besos Vale

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  7. Muchas gracias, Che Vale, por compartir conmigo este evento especial para mí. Apenas te leas "El Temor de un Hombre Sabio", te presto este libro y el otro de Ender que tengo (y recuerda que también tengo críticas a "Imagica" y a los dos primeros de "Canción de Hielo y Fuego".

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  8. Gracias Elwin, Ya estoy en las primeras pàginas de "El temor de un hombre sabio" Besos
    Vale

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  9. Buenas Noches. (Acà ya es bien tarde)
    Quiero detenerme sólo en una declaración hecha por usted: "...el escritor nos da a todos una lección de tolerancia y ecumenismo como poco se ha visto en los autores que se precian de ser religiosos". Lamentablemente no da ejemplos de su aseveración. Ni a favor ni en contra, es decir, ¿podría señalarme autores religiosos de ciencia ficción que no muestran este "ecumenismo"? ¿A qué se refiere con "Ecumenismo"? Y más importante aún ¿A qué se refiere con "Tolerancia"? y si le queda tiempo, ¿puede señalarme autores que sí muestran este "Ecumenismo" orsonscottcardiano que más parece simplemente un sincretismo difuso y trasnochado, algo setentero parecido a jedi reciclados con música de fondo de "Oh my sweet Lord"?
    Leí "El juego de Ender" y no hallé ningún aspecto religioso (que no tenia porqué tenerlo). Luego, leí "La Voz de los muertos" donde el único elemento religioso con una congregación religiosa que milagrosamente (y contrario al estereotipo yanquilandesco) no se pone en contra del héroe Ender. Pero de ahí a decir que hay un "elemento religioso" porque pone personajes religiosos, pues no sé qué tanto. Sí me parece serio poner a estos personajes (como cualquiera otro) porque nos parece raro una humanidad sin alguna inclinación religiosa, por más que quieran negarlo especialmente los autores europeos. Pero lo de "ecumenismo" y sobre todo "Tolerancia", me parece exagerado. Hay más elemento religioso, Tolerancia y ecumenismo en un capítulo de Babylon 5, Millenium o Fringe, que en la literatura de Scott Card. La "religión" en Scott Card no es más que un adorno, siempre llamativo, siempre acertado, siempre recatado, que, si lo sacamos de escena influye poco o nada en la dinàmica de los acontecimientos.
    Gracias.



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  10. Estimado(a)sr(a)anónimo(a)-puesto que ignoro su identidad por completo y de dónde viene su interesante comentario- he aquí mi humilde respuesta a lo que me plantea con sus palabras. Cuando me refiero a "ecumenismo", hago referencia a la idea de tomar los valores religiosos en común entre distintas doctrinas religiosas y con ello tener en cuenta el importante aporte que pueden hacer estas para la vida sel ser humano en el terreno espiritual (definición mía, que si quisiera podría citar la de la RAE u otras fuentes de respeto, pero no es mi ánimo ponerme enciclopedista). Respecto a esto, Card es ECUMÉNICO en muchas de sus obras y en especial en las sagas de Ender y de Bean, razón por la cual ya he dado varios ejemplos en el texto de arriba. Ahora bien, existen otros autores claramente religiosos que escriben ciencia ficción y que le otorgan un gran trasfondo espiritual de este tipo a su obra; el mejor ejemplo que le puedo dar es la "Trilogía Cósmica" (también conocida como "Trilogía de Ransom" de C. S. Lewis, obra sumamente alegórica con varios episodios de la Biblia y de cuyo autor de seguro conoce "Las Crónicas de Narnia"; también puedo citar la bella novela "Cántico por San Leibowitz" de Walter Miller Jr., que hasta cierto punto es una oda a la Iglesia Católica (y libro al cual en el último episodio de la 4° temp de "Babilonia 5" le hacen un claro homenaje); por último la ucronía de Keith Roberts y donde presenta un mundo alternativo donde la Iglesia Católica ha logrado la hegemonía en por lo menos Occidente, de nombre "Pavana"...Ahora bien, ninguna de estas bellas obras logran en ese sentido el sentido ecuménico de la literatura de Orson Scott Card, la cual llama a la tolerancia religiosa por cuanto sus personajes viven en un futuro donde ya no existe la discordia entre las religiones y aún así mismo la gente puede practicar su fe sin miedo (si leyera justamente "Guerra de Regalos" podría darse cuenta de ello, en especial cuando se refiere a los niños musulmanes de la Escuela de Batalla); para referirme con otro ejemplo de esta cualidad en la narrativa del autor mormón, se me había olvidado mencionar el planeta de confucionistas que aparece en "Ender el Xenocida" e "Hijos de la Mente". Otros autores de ciencia ficción que velen por este ecumenismo no ubico y le estaría eternamente agradecido si me pudiese ilustrar con otros autores del género de este tipo y que superen al propio Card (por cierto otro autor de ciencia ficción, aunque más de terror y fantasía, que aborda derechamente temas religiosos es Stephen King). Todas estas aseveraciones y las suyas son puntos de vista personales y por mucho argumento que haya, a la larga toda apreciación estética siempre estará cargada por el subjetivismo. Lo(la) invito a continuar visitando y comentando por acá, que siempre me es grato "charlar" con gente inteligente.

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  11. Hola, por fin podre comentar este texto en el cual me he atrasado mucho, en fin, me gusta la conceptualizacion de la realidad que denota el autor en su obra, representando a los niños como un eje fundamental en el desarrollo del futuro, y que depende de la crianza que estos sean buenas personas o no.

    Hay muchas obras que m gustaria leer, pero ahora tengo el tiempo dedicado a otros "vicios" pero de seguro lo hare en un futuro medianamente cercano, ya que con mi novia tomamos la desicion de vivir juntos una vez terminemos de estudiar.

    Atte. Fabian Ibarra.

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    Respuestas
    1. Muchas gracias, amigo Fabián, por sumarte a esta celebración...que como dice el dicho "Más vale tarde que nunca". Y como ya te he dicho, amigos íntimos de años ni siquiera dejaron un mínimo saludo acá al publicar este texto ("Los detalles son importantes" dijo el Principito).

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