miércoles, 25 de junio de 2014

Mis 10 superhéroes favoritos (y que deseo compartir con ustedes, séptima parte y final): Spiderman.


     Conocido en español como Hombre Araña, es lejos el personaje más popular y rentable de Marvel, si bien fue creado tiempo después de otros famosos superhéroes de la compañía como Hulk, Iron Man y los Cuatro Fantásticos.  De la mano de Stan Lee en el guión y Steve Ditko en el dibujo, apareció por primera vez gracias al número 15 de la revista antológica Amazing Fantasy en agosto de 1962; luego debido al éxito de ventas de ésta, obtuvo su propia colección y con el tiempo se le sumaron otros títulos paralelos que atendían a distintas facetas del personaje (como Marvel Team-Up en la cual se le hacía protagonizar sus aventuras junto a otros superhéroes y Peter Parker, the Spectacular Spider-Man centrada en la vida cotidiana de Peter Parker, correspondiente a la identidad civil del Arácnido).  La idea de su creación partió ante el propósito de sus gestores de romper con el molde del ayudante juvenil de los superhéroes adultos, tipo Robin o Bucky del Capitán América y otorgarle por primera vez a un menor edad el protagonismo en una historia de este tipo; al hacer mucho más joven al personaje principal, se le dotó de una mayor credibilidad para los lectores, quienes por fin veían a un par suyo enfrentándose a los criminales en esta faceta, lo que conllevó a una identificación ante su propia inexperiencia y problemas más realistas, que lo llevaban a desempeñar su labor justiciera a la par que enfrentaba sus dilemas como muchacho.  De este modo a diferencia de muchos de sus colegas ya experimentados en su lucha contra el mal, y dotados de una solvencia económica que les permitía sobrellevar sus vidas secretas o públicas sin mayores conflictos, Spiderman poseía un montón de preocupaciones y a su vez en muchas ocasiones no lograba salir por completo victorioso de sus enfrentamientos (ahora bien, puede ser que esta misma condición suya tan humanizada, haga que en especial los niños pequeños de forma inconciente se sientan tan interesados por su figura, de modo que para muchos infantes y adolescentes éste es su superhéroe favorito, al verlo mucho más cercano a ellos mismos).
Portada del primer número de la revista
propia de Spiderman.
     Ante su enorme popularidad. Spiderman consiguió su propia tira en los periódicos, la cual por años se estuvo editando y saliendo en varios impresos en numerosos países.  Esta serie tenia su propia continuidad y era escrita por nada menos que el propio Stan Lee y John Romita padre, quienes dejaron la revista principal del superhéroe para dedicarse a esta serie.  Ante la calidad de este trabajo, existen tomos compilatorios de tales aventuras, realmente entretenidas (je, tengo el gusto de poseer un bello tomo en tapa dura con sus primeros años).
     La historia de sus inicios es la siguiente: Siendo aún un niño, Peter Parker sufrió la temprana muerte de sus padres, de modo que se fue a vivir junto a sus ya mayores tío Ben y tía May, un adorable matrimonio que prácticamente lo acogió como a un hijo y le enseñó el solvente código moral y valórico que luego lo caracterizaría como individuo.  Hasta antes de adquirir sus poderes y transformarse en un paladín de la justicia, era un muchacho enclenque y miope, estudioso y de inteligencia prodigiosa, quien en la escuela era objeto de burlas y bromas crueles por parte de algunos de sus compañeros, liderados por el atleta Flash Thompson (quien pese a denostar a Parker, al hacer su aparición pública Spiderman se hizo un ferviente admirador del Trepamuros, ignorando su secreto y además convirtiéndose con los años se convirtió en uno de los mejores amigos de Peter, como también en su colega).  Un día Peter Parker fue a una exhibición científica sobre radiación y fue allí donde una araña mutante le picó en la mano, de modo que alteró todo su organismo, con lo que adquirió sus increíbles habilidades.  Apenas el chico comprobó lo que podía hacer, se dio cuenta de que bien podía sacar provecho económico de ello y para eso fue a un evento de lucha libre donde le pagaban a quien fuese capaz de derrotar a la estrella del show; Peter Parker logró vencerlo sin problemas y ante su éxito se le ofreció salir en televisión mostrando sus proezas como el Sorprendente Hombre Araña.  Un día un ladrón pasó por su lado y no consideró que le correspondía detenerlo, pese a que su víctima le pidió su ayuda.  Luego el mismo hombre a quien con facilidad podría haber parado, se encontró en la calle con su amado tío Ben y en un altercado entre los dos disparó al anciano matándolo.  Al enterarse que el tío Ben murió a manos de la misma persona a quien él se negó a atrapar, el sentimiento de culpa fue tan grande, que desde entonces juró usar sus habilidades para combatir a los malhechores; dentro de esta promesa que hizo en memoria del tío Ben, se encuentra la famosa frase que acuñó Stan Lee y que en el cómic hizo que el tío Ben se la dijera a su sobrino antes de morir: Un gran poder conlleva una gran responsabilidad (cita textual tantas veces homenajeada y parodiada en la cultura popular).  
    
Spiderman con su famoso traje negro.
Al ser picado por la araña, Peter adquirió sus capacidades potenciadas en un ser humano, si bien se transformó en un individuo sobrehumano.  En primer lugar desarrolló el don de poder sujetarse con sus manos y pies a cualquier superficie, de modo de escalarlas con toda naturalidad (incluso puede caminar de cabeza apoyado en los techos, como si fuera lo más normal de la vida); a su vez es capaz de dar saltos inmensos, aunque no tan gigantescos como los de Hulk.  Todo esto se suma a una agilidad atlética extraordinaria, quizás equiparable a la de Daredevil en el universo Marvel.  También recibió superfuerza y gran resistencia, acompañado de una capacidad regenerativa por sobre la media, que le permite recuperarse de sus heridas en menor tiempo, aunque no a los niveles increíbles de alguien como Wolverine.   Su habilidad más característica corresponde a su llamado “sentido arácnido”, que le permite saber de cualquier amenaza mucho antes de que ésta se concrete.  Cuando se le revelaron los cambios que le otorgaron su incidente con el bicho, decidió crear un fluido que al llevarlo en un cartucho por cada muñeca, le permitiera lanzar redes parecidas a la tela de araña, de gran resistencia y con la cual al tirarla pudiese colgarse cual estos arácnidos, movilizándose con rapidez; además acostumbra usarla para atrapar a los malos, entre otros usos sensacionales.  Cuando llevó el famoso traje alienígena simbionte de color negro y blanco (la primera vez en que dejó de ocupar su característica vestimenta roja y azul) pudo crear telas orgánicas que despedía de sus propias muñecas; con posterioridad ha desarrollado otros poderes, aunque estos nunca han sido permanentes.
    A lo largo de sus décadas de carrera superheroica, el Hombre Araña ha pasado por grandes etapas.  La primera de ellas en sus inicios y por muchos años, fue la de su trabajo como fotógrafo a contrata (y luego de planta) en el Daily Bugle; esta labor comenzó a hacerla todavía siendo un adolescente y tal como sucede con Clark Kent, Jimmy Olsen y Loise Lane en las historias de Superman, era especialmente requerido por sus exclusivas fotos de Spiderman (que él mismo se saca dejando su cámara en puntos estratégicos y sujeta con su propia red).  En el Daily Bugle tiene como jefe a uno de los personajes “normales” más famosos del cómic de este género, Jonah J. Jameson, un individuo irascible que ve a nuestro “amistoso vecino” como un sujeto aprovechador y en la práctica a un peligro público; de este modo aprovecha gran parte de sus titulares en censurarlo.  Otra persona común y corriente de interés e importancia “histórica” que conoció en ese lugar, es  Joseph «Robbie» Robertson, la mano derecha de J.J. Jameson y que además es su mejor amigo, si bien a diferencia del jefe es un hombre de mayor talante moral y que a su vez fue el primer personaje de raza negra en un cómic de superhéroes que poseyera relevancia y virtuosismo sin tener superpoderes; Robbie a su vez aprecia a Parker y al Hombre Araña, siendo gran amigo, confidente y guía de ambos (incluso en un determinado momento del cómic, llegó a darse cuenta que Peter es nada menos que Spidey).  Luego de terminar sus estudios en la Secundaria de Midtown, entró a estudiar ciencias en la universidad, donde luego estuvo haciendo clases.   En cierto momento uno de sus mayores enemigos lo clonó, creándole una gran confusión acerca de su verdadera identidad y de quién de los dos era el real; el clon recibió el nombre de Ben Reilly (“Ben” en honor al tío Ben y “Reilly” por el apellido de soltera de la tía May); éste durante un tiempo hizo de Spiderman en una de las líneas argumentales más celebradas del personaje, la Saga del Clon, para luego hacerse llamar como la Araña Escarlata y ocupar otro disfraz.  

¡Envidien Steve Ditko, John Romita padre y Todd McFarlane el arte
de mi sobrinito Amilcar! Él es el próximo talento gráfico de los cómics.
     Siendo la colorina y despampanante Mary Jane Watson el gran amor de su vida, tras años de noviazgo se casaron, sabiendo Mary Jane la verdad acerca de su identidad secreta (siendo su saludo característico Hola, tigre).  A su vez tuvo una de las primeras historias de superhéroes que trataran de forma directa y real el tema de la drogadicción juvenil, cuando hicieron que su mejor amigo (y también uno de sus peores contrincantes) Harry Osborn se hiciera adicto al LSD; esta historia despertó cierta polémica ante su dureza para la época en la que fue hecha (plena década de los setenta), si bien no dejaría de estar considerada entre sus mejores novelas gráficas. Otro gran hito suyo fue que durante su viaje al espacio en los eventos de Las Guerras Secretas (saga que incluyó a gran parte del resto de los personajes de Marvel), se unió a una criatura simbiótica que reemplazó a su traje por largo tiempo y que luego resultó ser un ser sicótico, razón por la cual se tuvo que deshacer de éste; el extraterrestre luego se unió a más de una persona y se convirtió en uno de sus mayores enemigos, llamándose Venom.  Por años Spiderman no perteneció a grupo alguno de superhéroes, no obstante en la década pasada pasó a formar parte de Los Nuevos Vengadores y tiempo después se convirtió en miembro de los Cuatro Fantásticos, reemplazando a su gran amigo muerto la Antorcha Humana. Al producirse la llamada Guerra Civil que dividió a los cruzados de la Casa de las Ideas un buen periodo, Peter Parker se fue al bando liderado por Iron Man y entonces confesó su verdadero nombre a la comunidad pública.  No obstante esta revelación acerca de su secreto duró poco, ya que ante la inminente muerte de la tía May, Spidey realizó un pacto fáustico con un demonio de gran poder para salvarla y se revirtió su historia haciendo que todo el mundo olvidara quién era, además de que su casamiento nunca se hizo efecto, entre otras cosas como que su amigo Harry ya no estaba muerto (esta polémica saga recibió el nombre de Un Nuevo Día); sin embargo tiempo después la continuidad respecto a su papel en el mundo volvió a su cauce normal.   Hace poco uno de sus villanos más importantes, el doctor Octopus, al estar agonizante logró transferir su mente al cuerpo de Peter Parker, dominándolo; no obstante lo que quedó de Peter logró convencerlo de renunciar al mal y retomar su papel como superhéroe, haciéndose llamar The Superior Spiderman.  Tiempo después batallando contra el mal, Doc Oc se sacrificó y devolvió a Peter el control de su cuerpo.
Viñetas que muestran el doloroso final de
Gwen Stacy.
     La vida amorosa de Spiderman ha sido algo movida, quien gracias a su encantadora personalidad ha logrado conquistar el corazón de más de una chica, si bien algunas de ellas no se han quedado atrás en lo de “moverle el piso” con sus propias características sobresalientes (entiéndase por ello a la ya nombrada Mary Jane Watson y Felicia Hardy, más conocida como la Gata Negra).   La segunda de sus mujeres, corresponde a la llorada Gwen Stacy, su amor de juventud y quien en muchos aspectos lo definió ante el triste desenlace del romance de ambos; Gwen murió en uno de los momentos más dramáticos de Spidey, tras una batalla con su gran némesis el Duende Verde, quien la lanzó al vació y al intentar salvarla con su red, su cuerpo no resistió el tirón de la red y se le rompió el cuello (este personaje ha salido en la última cinta de Sam Raimi dedicada a Spiderman y ha sido la protagonista de las dos películas del actual relanzamiento en el cine del superhéroe). Otro amor de juventud fue Betty Brand, quien como Peter Parker trabajaba en el Daily Bugle; tras terminar la relación de ambos, Betty se casó con otro hombre, quien falleció tras convertirse en el Duende Verde II (Betty ha salido en los tres filmes del mencionado Raimi, si bien la relación amorosa entre estos dos no fue tomada en cuenta en ellos).   Tras estos dos amoríos, su tía May le presentó a su despampanante vecina Mary Jane Watson y con quien llegó a casarse (la Watson fue uno de los protagonistas principales de la primera trilogía sobre Spidey y se supone que saldrá en la próxima película de la actual saga fímica).  Entre medio, cuando aún no se consolidaba el amor entre Peter y Mary Jane, apareció en la vida del Arácnido la ladrona Gata Negra, una mujer de buen corazón y muy coqueta al más puro estilo de la Gatúbela de Batman; si bien en un principio ambos estaban en bandos opuestos, en muchos casos la Gata Negra se convirtió en una gran aliada suya, a la par de que ambos flirtearon durante un largo periodo. 
     Los enemigos del Trepamuros corresponden a una de las galerías de villanos más llamativas y famosas del mundo del cómic superheroico.  Gran parte de estos tal cual el mismo Spidey, quien usa el tótem de la araña en su traje y símbolo, además de poseer muchas de sus habilidades potenciadas y ya especificadas más arriba, corresponden a sujetos que emulan en su apariencia y poderes a otros animales.  De este modo es posible encontrarse con sujetos como el Doctor Octopus (un científico loco que lleva un armazón con cuatro peligrosos tentáculos), el Buitre (en su primera versión corresponde a un anciano que posee unas alas mecánicas y usa un traje con plumaje), Rhino (el más estúpido de sus enemigos, quien lleva un ropaje igual al de un rinoceronte y que acostumbra chocar contra los objetos y las personas lanzándose a gran velocidad, a la par de poseer gran fuerza e invulnerabilidad), el Camaleón (quien supuestamente no posee cara y por ello puede imitar a todo al que quiera, tomando su aspecto sin dificultad), Escorpión (el cual posee una cola con un aguijón mortal), el Lagarto (correspondiente al manco doctor Curt Connors, amigo y maestro de Peter y quien intentando revertir su incapacidad, creó un fluido en base a la genética de los reptiles, lo que lo convierte de vez en cuando en un peligroso saurio humanoide), el Chacal (un genio de la genética, el cual  al culpar a Spiderman de la muerte de Gwen, se dedicó a clonarlo para hacerle la vida imposible, además de realizar otros actos criminales contra él), el Escarabajo (el cual usa una sofisticada armadura llena de armas y que se asemeja a este coleóptero).  Otra característica general de muchos de los rivales del Arácnido, radica en el uso de tecnología de punta por parte de estos, siendo la mayoría de ellos científicos y técnicos de gran nivel.   También cabe destacar al Hombre de Arena (quien puede disolver su cuerpo a su antojo y darle la forma que desea), Electro (cuyo principal poder consiste en producir descargas eléctricas con su propio organismo), Misterio (conocido como el Amo de las Ilusiones, ya que es un experto de los efectos especiales, que lleva una especie de pecera en la cabeza y que pese a este artefacto que puede parecer ridículo, posee una imagen aterradora), Venom (quien ha tenido varias encarnaciones y que corresponde al ex simbionte de Peter, el cual en su afán de venganza se ha unido a varios sujeto, dándoles un aspecto monstruoso y gran musculatura), Carnage  (originado a partir de un fragmento de Venom, el cual se unió a un verdadero asesino serial y psicópata, siendo de color rojo a diferencia del negro simbionte original), Shocker (cuya armadura produce en sus puños  unas poderosas descargas de energía) y Kraven el Cazador (un sujeto vestido con pieles de los animales que ha atrapado y que posee gran agilidad y fuerza, además de una capacidad de rastreo ultrasensible).  Mención aparte merece el Duende Verde, quien si bien ha tenido varias encarnaciones, entre ellas el mismísimo Harry Osborn, en su versión original y más mortal ha sido el padre de éste último, Norman Osborn; Norman en más de una ocasión ha llevado el traje y a su vez ha estado involucrado en varias de las vicisitudes de Spiderman, entre ellas la muerte de Gwen (lo que queda muy bien detallado en la recomendable novela gráfica El Diario de Osborn , de Glenn Greenberg y varios autores en el dibujo).   Varios de los rivales más clásicos de Spiderman se han unido para hacer fechorías juntos y hacerle la vida imposible al Cabeza de Red, haciéndose llamar Los Seis Siniestros, ya que el grupo siempre ha estado conformado por ese número de integrantes; por otro lado, la conformación de sus miembros con el tiempo ha sido alterada al cambiar sus componentes.
Un one-shot imprescindible:
El Diario de Osborn.
     Si bien Spiderman ha tenido varias versiones correspondiente a múltiples realidades alternativas (siendo una de ellas y bastante curiosa la de un cerdito antropomorfizado), la más famosa corresponde a la del universo Ultimate.  Ésta hizo su aparición en el año 2000, durante los albores de la popular colección Ultimate de Marvel.  Sus creadores son Brian Michael Bendis en el guión (responsable de unas de las mejores etapas de Daredevil y del Capitán América) y Mark Bagley en el dibujo.  La idea de recrear a Spiderman fue la de conseguir nuevos lectores, quienes no se incomodaran ante tantos años de historieta suyas, al contar desde cero sus aventuras.  A su vez se pretendió adaptarlo más que nunca a los tiempos actuales, con lo cual hacerlo tan cercano a los jóvenes lectores como lo fue el Spiderman de sus inicios; de este modo Peter Parker ya no trabaja para un diario impreso, si no que para una página Web y por otro lado el origen de sus poderes varió, al igual que el de todos sus villanos (y el aspecto de estos mismos también).  El éxito de este Spiderman Ultimate ha sido tan grande, que lleva años editándose.  En el año 2011 este Peter Parker murió y otro muchacho tomó su manto, siendo Miles Morales, un joven latino de raza negra, quien tomó su manto.
     El año de 1977 ocurrió un suceso extraordinario en el mundo de los cómics del género: Se realizó el primer crossover entre Marvel y DC, al unir en una misma aventura a personajes de sus respectivos universos ficcionales.  Para este histórico evento se escogió a sus mayores representantes, Spiderman de Marvel y Superman de DC.   El cómic correspondiente a un One-Shot (revista de un solo número) recibió como título Superman v/s el Asombroso Spider-Man: La Batalla del Siglo.  El equipo a cargo de esta novela gráfica fue conformado por Gerry Conwey en el guión y Ross Andru en el dibujo, los mismos responsables de una de las mejores etapas de Spidey en los setenta.  Los villanos a los que se tuvieron que enfrentar fueron Lex Luthor y el Doctor Octopus.
     Spiderman ante su enorme éxito y popularidad, ha tenido una longeva carrera en la televisión y el cine.  Primero cabe destacar su primera serie animada, que comenzó el 67, pocos años después de su debut en las viñetas y que duró tres años; a su vez su tema musical de entrada es hoy en día reconocido por gran parte del mundo, incluso por quienes no gustan de este tipo de historias, al igual que se convirtió en todo un clásico como la serie misma.  Este primer cartoon sobre el Cabeza de Red, si bien en algunos episodios era bastante infantil, fue lo suficientemente inteligente como para ser una fiel adaptación de los cómic, con bellos diseños (inspirados en el arte de John Romita padre, el formidable dibujante que tomó al personaje cuando Ditko renunció y se fue a trabajar a DC) y en general un aire adulto y hasta oscuro; también cabe resaltar en él que sentó el precedente de que Spidey “hablara al público”, así como usó el acostumbrado buen humor de nuestro Amistoso Vecino, con sus diálogos ingeniosos e irónicos al enfrentarse a sus enemigos. El siguiente programa animado que tuvo se llamó Las Nuevas Aventuras de Spiderman y duró sólo un año (1981).  Al anterior le sucedió  El Hombre Araña y sus Increíbles Amigos, el cual era bastante infantil, si bien lo mejor era que estaba llena de team-ups junto a un montón de superhéroes marvelitas y todo en sus sólo 24 episodios (y eso que se emitió durante 3 años, entre 1981 y 1982); en esta serie Peter Parker vivía no sólo junto a su tía May, si no que también con otros dos superhéroes juveniles: el clásico Hombre de Hielo de los X-Men y Estrella de Fuego, superheroina que fue creada en exclusiva para este show, siendo con posterioridad incorporada a la continuidad de los cómics (por increíble que parezca, el mejor capítulo de este espectáculo correspondía nada menos que al origen secreto de Estrella de Fuego, mientras que el resto a ratos posee verdadero atractivo).  En esta última serie  la tía May sigue ignorando el secreto de su sobrino, así como el de los dos muchachos que le arriendan cuartos en su casa; estos tres poseen en la misma casa que habitan un laboratorio ultratecnificado, regalo de Tony Stark, el que ocultan a la tía May y al resto de la gente.  A su vez la dama del trío posee un perro que corresponde a la hoy en día típica mascota semiantropomorfizada odiada y que le otorga sus ratos tontos de humor al programa (la cual menos mal “desapareció” de esta serie a lo largo de su desarrollo, al igual que la misma tía May).   Pese al estatus de verdadera pieza de culto del Spiderman sesentero, entre 1994 y 1998 se estrenó la que sería considerada lejos el mejor y más adulto programa animado dedicado a Spidey: Spiderman: La Serie Animada.  A lo largo de sus 65 episodios en 5 temporadas, abarcó un montón de arcos argumentales del cómic hasta aquellos tiempos, apareciendo en capítulos independientes, como en los correspondientes a sus numerosas sagas, una gran variedad de personajes marvelitas entre superhéroes y villanos.  El Hombre Araña sin Límites de 1999, fue una excelente propuesta que lamentablemente fue cancelada luego de su primer año, tras su capítulo número 13 y  que terminaba en suspenso; en ella Spiderman conseguía un nuevo traje gracias a Nick Fury, líder de SHIELD, para viajar a un extraño mundo en el cual sus habitantes poseían características animales; toda la serie estaba ambientada en este raro lugar, salvo su comienzo.  En el año de 2003 MTV (canal por lo general dedicado a la música) realizó Spiderman: La Nueva Serie animada, la que también pese a su gran calidad tuvo la misma suerte de su predecesora; este programa se realizó aprovechando la buena suerte de la primera película de la trilogía de Raimi, sobre el Trepamuros y poseía un carácter bastante adulto, de modo que por ejemplo sus personajes sangraban; además se filmó en tercera dimensión. 
Afiche promocional de la venta de los
episodios del Hombre Araña japonés.
Sus diseños eran sin duda soberbios.   En el año de 2008 apareció un nuevo cartoon llamado El Espectacular Spiderman  y que duró dos temporadas, aunque con sólo 26 episodios; este programa poseía una singular estética medianamente caricaturesca, de rostros y cuerpos angulosos al más puro estilo del arte comiquero del mexicano Humberto Ramos.  La serie era bastante irregular, con capítulos memorables y otros olvidables y además contar con una muy buena canción de los créditos iniciales, daba a muchos villanos orígenes bastante diferentes de las de sus versiones originales.  La última serie sobre el Cabeza de Red es Ultimate Spiderman y que tal como dice su nombre, está basada en las historietas de dicho universo.  Ha sido lo suficientemente exitosa como para estar a punto de estrenar su tercera temporada, con más 50 episodios emitidos.  Amada por muchos y repudiada por otros, posee una calidad técnica superior a la de su antecesora, contando con un humor nunca antes visto en las series de Spidey (de hecho, se encuentra llena de caricaturas tipo SD, es decir de cuerpo pequeño y cabezonas, como de otro tipo, las que aparecen cuando Spiderman expone sus pensamientos y le “conversa” al público).  En su creación destaca nada menos que Paul Dini, el mismo gestor de las mejores series animadas de DC, además del ya mencionado Brian Michael Bendis.  El programa parte con un inexperto Spiderman, quien es reclutado por Nick Fury para ayudarlo de modo de convertirse en un verdadero profesional y para que lidere a un trío de otros superhéroes juveniles, correspondientes a Nova, Tigre Blanco y Lucke Cage.  Aparte de todos los personajes nombrados que poseen gran protagonismo, se agrega nada menos que el agente Phillip Coulson, el mismo de la serie de imagen real SHIELD y de las pelis de la franquicia cinematográfica de Marvel, comenzada con el primer filme de Iron Man; a su vez aparece en varias ocasiones el mismísimo Stan Lee, quien hace de barrendero del colegio donde estudian los personajes (siendo que en el audio original es el propio Lee quien le pone la voz).  El programa tiene varios team-ups, si bien mucho mejores que los de Spiderman y sus Increíbles Amigos, de la que hasta cierto punto es una actual y mejorada puesta en escena. Lo único que a mi humilde parecer no se le puede perdonar, es que no posee “presentación”, salvo un cartel de un par de segundos con su logotipo.  Además Spiderman tuvo una sensacional aparición en tres episodios de la segunda temporada de Los Vengadores: Los Héroes más Poderosos del Planeta.
     En lo que a televisión y el Trepamuros se refiere, cabe destacar su serie de imagen real de finales de los setenta, a manera de contrapartida del exitoso programa El Hombre Increíble sobre Hulk; ella era una adaptación en la misma idea “realista” de la dedicada al Gigante Esmeralda, ya que no se enfrentaba a su numerosa galería de villanos, si no a mafiosos y criminales comunes y corrientes.  Se exhibió entre 1977 y 1979 y tuvo sólo 13 episodios de distinta duración.  Tampoco de puede olvidar lo más freak en materia del Spiderman televisivo y que corresponde a la versión nipona también de imagen real, que se dio entre 1978 y 1979, teniendo además una película; con 41 capítulos a su haber, era una versión libre de los cómics, de modo que Spiderman aquí era claramente japonés y además, tal y como les encanta al pueblo del Sol Naciente… ¡Manejaba un robot gigante para enfrentarse a monstruos mecánicos de igual tamaño!  
      Con respecto a los filmes hollywoodenses sobre el Arácnido, remito a quien quiera a revisar los siguientes enlaces de este mismo blog: Un Nuevo Spiderman y Vamos mejorando con el Nuevo Spiderman

¿Quién dijo que Tobey Maguire y Andrew Garfield
hacían un Spiderman convincente para el cine?
¡Amilcar Concha es lejos el mejor a la hora de interpretarlo en carne y hueso! 

domingo, 22 de junio de 2014

Una Historia Clásica de los X-Men llevada al Cine.


      Durante 1981 y en tan sólo 2 números de la colección regular de Uncanny X-Men, se editó la que hoy en día sería para los entendidos, como una de las mejores historias del cómic de superhéroes: Days of the Future Past (Días del Pasado Futuro).  Sus autores fueron Chris Claremont en el guión y a John Byrne en el dibujo, quienes ya llevaban un buen tiempo a cargo de sus historietas, a tal punto que su paso por las viñetas del más famoso equipo de mutantes de Marvel, es considerado hasta nuestros días una de sus etapas más celebradas.
     En el universo Marvel desde su origen, las historietas dedicadas a los X-Men han poseído una fuerte carga de crítica social; ello, debido al juego de la extrapolación con respecto a los problemas reales sobre el racismo y la intolerancia, de modo que en la ficción estos individuos “raros” y extraordinarios, en más de una ocasión se han enfrentado a los miedos y prejuicios de la comunidad normal (tal cual como en la vida real la gente distinta a la mayoría, debe resistir su desprecio).   Pues bien, en Díaz del Pasado Futuro se vislumbra un aterrador y apocalíptico futuro en el cual no sólo los X-Men, si no que todos los superhumanos, se hayan encerrados en campos de concentración, se encuentran muertos o sirven en la resistencia contra el sistema que los mantiene controlados.  La trama luego muestra cómo la por entonces juvenil heroína Kitty Pryde (bastante popular por aquellos años), en dicho futuro es ya una mujer madura, junto a su grupo logra una hazaña increíble: mandar su conciencia de aquel entonces hacia el pasado, de modo de controlar el cuerpo de su yo más joven; de este modo podrá advertir a los suyos acerca de lo que se avecina y evitarlo.  Para impedir que el Apocalipsis mutante se realice, en el “presente” los heroicos X-Men deberán enfrentarse una vez más a uno de sus equipos contrarios más emblemáticos, la Hermandad de Mutantes Malvados.  Estos pretenden cometer un acto terrorista, en el que la víctima principal será un  importante senador ultraconservador, quien lidera el movimiento antimutante; es así como en el futuro del que viene Kitty Pryde, los villanos consiguieron su objetivo y mataron al hombre, lo que desencadenó la política de tolerancia cero contra los sujetos con poderes o habilidades extraordinarias y que los llevó al desastre que desean revertir.   Tras la aparición de esta “realidad alternativa” dentro de la continuidad de Marvel, el impacto fue tal entre los lectores, que luego sería usada en numerosas ocasiones en los cómics mutantes.
La famosa portada del cómic que marcó época.
    Ante una historia tan llamativa y recordada por los seguidores de la llamada “Casa de las Ideas”, era de suponer que en sus adaptaciones audiovisuales hicieran su versión acerca de ella.  Fue así como a principios de la década de los noventa, la hasta ahora mejor serie televisiva animada dedicada a los X-Men (la primera de cuatro programas sobre estos superhéroes) rindió su tributo a la novela gráfica ya señalada.  No obstante en ella se hicieron los trastoques de rigor, dejando de lado a Kitty Pryde para usar la figura del aún más carismático Bishop, ya que la primera no salía en la serie y en cambio el segundo era uno de sus secundarios más importantes; a su vez se mezcló la trama con la del futuro alterno del que venía Bishop (uno en el cual reinaba el despiadado inmortal Apocalipsis).  Aprovechando el estreno de la primera película para cine dedicada en exclusiva a Wolverine, el mutante más popular marvelita, se lanzó una tercera serie para la TV sobre los X-Men (la segunda fue X-Men: Evolution y la cuarta el animé X-Men) y la que se llamó, por supuesto, Wolverine y los X-Men; en esta producción que lamentablemente duró una sola temporada, se trabajó la idea de Días del Pasado Futuro como un arco argumental que se fue desarrollando a lo largo de sus 26 episodios, con saltos en la trama a este futuro distópico y donde en esta ocasión recaía en el Profesor X advertir a sus compañeros sobre lo que se avecinaba (cabe mencionar que más de un programa animado de Marvel, pese a su enorme calidad, ha sido cancelado de forma estrepitosa, tras una única y formidable primera temporada: Silver Surfer, Spiderman Unlimited, la Spiderman de MTV y la serie de Los Cuatro Fantásticos de 2006 ).   Por último, antes de dar paso a la peli que inspira por cierto este texto, en la serie animada El Escuadrón de Superhéroes, la cual muestra a un montón de personajes Marvel en un formato caricaturesco, se realizó un capítulo inspirado en el famoso cómic.
     Antes de realizar X-Men: Días del Pasado Futuro, se estuvo preparando el camino para ello, gracias a una recordada escena de la tercera cinta de la saga mutante: X-Men: La Batalla Final (2006).  El filme comienza con la cita que dice En un futuro distante y muestra a varios de los miembros de los X-Men en medio de unas ruinas y batallando contra los llamados Centinelas (los gigantescos androides que tendrán tanta importancia en la nueva película), no obstante apenas logran verse y salvo cuando Wolverine le corta la cabeza a uno de ellos, es posible identificarlos mejor…No obstante lo que parece una “oscura realidad”, resulta ser un ambiente simulado por la llamada Sala de Peligro de la Escuela para Jóvenes Talentos del Profesor Xavier (y en la cual practican sus integrantes).  Ante este aperitivo, era de esperar que pronto se pusieran en plan de llevar a cabo esta empresa.   Pues bien, fue recién durante el año pasado, con la segunda cinta dedicada a Wolverine, Wolverine: Inmortal, que tras los créditos finales se pudo apreciar un “bonus” y en el cual lo reclutaron para la confrontación de la actual apuesta mutante fílmica.  Ahora bien, esta escena de los créditos resulta en parte engañosa o apenas logra calzar con la continuidad que muestra la nueva cinta, ya que la época en la que transcurre  Wolverine: Inmortal no tiene relación con los tres periodos en los que se desarrolla X-Men: Días del Pasado Futuro (a menos que lo sucedido en la cinta de Wolverine, pretenda explicar que antes del “viaje” hecho por éste mismo en la última película, el Profesor X y Magneto sabían de la amenaza antimutante; lo que resulta muy tirado de las mechas, por cierto).
     Un atractivo adicional a la hora de ver y apreciar la más nueva entrega de esta saga cinematográfica, resulta ser que en ella vuelve a la dirección Bryan Singer, el mismo a cargo de las cintas 1 y 2 de la serie; de este modo era de esperarse que su director retomara con mayor fuerza los eventos de sus cintas anteriores, así como todas las que le siguieron…y al respecto no estábamos equivocados (por otro lado, para muchos de los espectadores, los mejores títulos del ciclo correspondían justamente a los dos primeros que estuvieron a su cargo).  De este modo, en el filme no sólo es posible ver rápidos flashbacks de momentos claves en las cintas que le precedieron, si no que se logró unir en gran parte todo lo exhibido con anterioridad, de modo que varias de sus líneas argumentales convergieron hasta llegar al mismo punto en X-Men: Días del Pasado Futuro.


    Yendo de forma más directa a la cinta en cuestión, ella parte con otro prólogo memorable, característica ya habitual en la serie: si ésta misma comenzó de la mano del mismísimo director Bryan Singer, dramatizando un desgarrador episodio del pasado de Magneto durante su infancia, cuando era prisionero en un campo de concentración nazi, en esta ocasión nos llevó al futuro de cielos grises que los héroes pretenden evitar; es así que buena parte de esta obra traslada sus acontecimientos a esta época, ya que para que suceda la parte central de su trama, es relevante identificar el alcance que puede llegar a tener la eventual aparición de los Centinelas y que a la larga motiva el singular viaje al pasado de Wolverine.   Considerando que en el cómic original que inspiró esta cinta, quien hace de crononauta es la ya mencionada Kitty Pryde, en esta adaptación se homenajeó su participación, haciendo que sea ella quien con sus poderes permita que Logan pueda retroceder en el tiempo (habilidad que en todo caso la ex Shadow Cat no posee en las historietas).  Ahora bien, en las películas 1 y 3 de la saga, Kitty había salido brevemente, siendo que en esta ocasión su participación resulta ser mucho más relevante.  En cuanto a Logan, éste al ser lejos el personaje más exitoso de la franquicia cinematográfica (lo que en parte se debe tanto al trabajo actoral de Hugh Jackman, a la hora de otorgarle su carisma, como también al atractivo masculino que llega a tener para buena parte del público) era de suponer que gran parte del protagonismo recayera en su persona; de este modo en el filme es “Arma X” quien debe reunir en el pasado, al grupo que tendrá que evitar que los Centinelas se activen.   En esta ocasión se explota más que nunca el sex-appeal del actor, quien no sólo realiza acá sus típicas escenas de torso desnudo, si no que ahora es exhibido en todo su esplendor tal como llegó al mundo, aunque con la cámara enfocándolo desde atrás.
     Pero no sólo Wolverine viene a ser el principal protagonista, de esta más que recomendable película, puesto que también buena parte del guión se centra en los también populares Magneto, el Profesor X y Mística.  En el futuro apocalíptico Charles Xavier le pide a Logan que en el pasado lo contacte y convenza para que lo ayude, lo mismo sucede con el viejo Magneto, quien una vez más ha unido sus fuerzas con su viejo amigo/enemigo Charles y que le asegura a Wolverine, que también deberá recurrir a su versión más joven para que les preste su colaboración.   A su vez algo que le dejan claro ambos mutantes (entre los más poderosos de su especie) es que debe detener a Mística, ya que al matar ésta al científico creador de los Centinelas y ser capturada, sus capacidades fueron utilizadas para hacer aún más mortales a los androides; de este modo quien antes se llamara Raven, fue la responsable de que el futuro fuese tan devastador para todo el mundo.  El “viejo” Logan es transportado a principios de la década de los setenta y es así como el filme permite ver a las dos versiones de Magneto y del Profesor X: por lo tanto se puede disfrutar una vez más del trabajo histriónico del hoy exitoso Michael Fassbender (considerado como Hugh Jackman uno de los hombres más atractivos y deseados de la actualidad) y de James McAvoy, haciendo del “Amo del Magnetismo” y del líder de los X-Men respectivamente; a su vez ambos personajes son caracterizados en su juventud, tal como fue posible hacerlo con la igualmente alabada X-Men: First Class.  Por otro lado se suma a este placer para el cinéfilo y fanático de los cómics, tener a la par a los consagrados Ian McKellen y Patrick Stewart, repitiendo sus papeles de Magneto y el Profesor X ya maduros.   No se puede olvidar dentro del protagonismo coral de esta cinta, el papel cumplido por la igualmente famosa villana Mística, quien en la historieta de la que surgió este título, ya cumplía un rol destacado; es así que otra vez le toca a la formidable Jennifer Lawrence repetirse el papel de Mística, que realizó con tanta humanidad en la mencionada precuela.
    
Afiche previo de la película, que tributa a la portada
mostrada más arriba. 
Teniendo en cuenta el carácter épico de esta nueva entrega, y en un afán de contentar más que nunca al público seguidor (“tirando toda la carne a la parrilla” como decimos en Chile), en Días del Pasado Futuro aparecen gran parte de los X-Men de las entregas anteriores y otros más hacen su debut acá.  Dentro del primer grupo, es posible reencontrarse con los clásicos Tormenta, Jane Gray, Cíclope, Rouge, Coloso, Bestia y Hombre de Hielo, todos ellos interpretados por los mismos actores que los encarnaron con anterioridad.  A su vez dentro de los mutantes que aparecen por vez primera, destacan Bishop, uno de los X-Men de raza negra más queridos del cómic y que hace rato ya que los entendidos estábamos esperando su aparición en las películas (pero por desgracia, éste apenas posee diálogos); y por último un adolescente Quicksilver, quien en su parcialmente contribución a la trama, se “roba la película”, al convertirlo en un personaje lejos mucho más simpático que el de su versión gráfica y prometiendo con ello un cercano regreso suyo para las cintas que se avecinan (al respecto, no dejan en esta ocasión de adelantar al público más despierto, su estrecha relación con Magneto).
     Dentro de los “malos” que aparecen en el filme, obviando a Magneto y a Mística, quienes en la saga siempre han sido abordados de la forma menos maniquea posible, resaltan dos humanos que en sus acciones representan sendos aspectos de lo peor de nosotros mismos.   Estos son Bolivar Trask y el ya conocido William Stryker.  Trask es nada menos que el creador de los Centinelas, un sujeto que en el filme encarna como nunca el miedo de la gente a lo diferente, lo que sumado al rechazo convierte esta debilidad en odio hacia la diversidad.  Lo que llama la atención en esta adaptación es que el Trask que aquí se puede ver, a diferencia del recio hombre de las viñetas, es interpretado por Peter Dinklage, el actor enano que cobró fama con su genial papel en la serie de televisión Juego de Tronos y quien ya lleva años de trayectoria envidiable en cine y TV;  pues bien, en un principio Dinklage iba a hacer en Días del Pasado Futuro de un superhéroe mutante, pero al final se le concedió este otro papel que al hacerlo alguien como él (y con tanta maestría, por cierto), acentúa la idea de que la intolerancia y el mal pueden habitar en cualquiera de nosotros (incluso en quienes alguna vez pudieron vivir en carne propia este flagelo, tal como ya Magneto y Mística lo han demostrado por parte de los mutantes).   En cuanto a Stryker, que en esta obra se ve más joven y guapo que en cualquiera de sus otras dos encarnaciones (ya que salió en X2 y Wolverine, en distintos periodos de su vida) corresponde al mismo hombre que condenó a Logan a convertirse en Arma X, raptándolo, inyectándole adamantium en sus huesos y robándole la memoria; el malvado Stryker simboliza el deseo irrefrenable de poder, aún a costa de sacar provecho de los demás.  En la película el militar trabaja para Trask.
     El largometraje se constituye en un thriller político, al estar ambientado en un particular periodo histórico, principios de los setenta y en plena Guerra Fría; de este modo el miedo obsesivo de los gringos por la supuesta amenaza roja, es extrapolado en el conflicto mismo con los mutantes, quienes representan a las minorías y al “otro” en un país complejo como son los Estados Unidos.  De este modo, la activación de los Centinelas para supuestamente protegerse ante las fuerzas destructivas mutantes, viene a ser nada menos que una alegoría de la carrera armamentística, contra un enemigo al que la opinión pública y la propaganda de forma constante están satanizando (como bien sucedía con la Unión Soviética, Cuba, China y el resto del bloque comunista en aquellos años y hasta cierto punto, aún en nuestros días).  Es por esta misma razón que en el filme, toma un singular protagonismo nada menos que el caído en desgracia ex presidente norteamericano Richard Nixon, quien en la cinta se convierte en un instrumento más para mostrar los grandes traumas y las peores debilidades de la sociedad usaca; si bien Nixon no está caricaturizado, ni demonizado en Días del Pasado Futuro, al mostrarlo durante la plenitud de su gobierno, no deja de reflejar a la autoridad que es con facilidad manipulable al antojo de los poderes ocultos y las políticas de odio.   Por último, respecto a este punto, a lo largo del filme está latente sin vacilaciones el miedo ante la posibilidad de que en cualquier momento la frágil paz puede romperse (paranoia propia del Estados Unidos de aquellos tiempos).
     Los efectos especiales hace rato ya que han permitido recrear de la forma más verosímil lo increíble, no obstante en el caso de esta obra se encuentran tan bien hechos y usados con tanta maestría, que no dejan de maravillar al espectador; es así como la intervención del ya mencionado Quicksilver (un velocista al más puro estilo del Flash de DC) y la proeza final de Magneto hacia el soberbio clímax, pueden dejar pasmado a más de uno desde su butaca.  Otro punto destacable viene a ser el humor, que desde el inicio de la saga fílmica ha sido utilizado de forma inteligente y en las dosis adecuadas para no quitarle sublimidad al producto final; a su vez gran parte de las escenas de hilaridad corren también por parte del siempre carismático Wolverine/Hugh Jackman, quien no deja de consolidarse como un personaje/actor de lo más versátil.
     Tras el apoteósico clímax, que no deja de poseer su carácter conmovedor ante las acciones tan heroicas de sus protagonistas, viene un largo epílogo y el cual está centrado una vez más en Logan; este epílogo resulta ser memorable, lleno de emotividad y en el cual se nos regala con el reencuentro de todos aquellos personajes tan queridos, esta vez viviendo su vida en armonía.  El diálogo final entre Wolverine y el Profesor X nos deja como reflexión la idea de que para conseguir aquellos que más anhelamos, es requisito luchar con toda nuestra voluntad e incluso llegando al autosacrificio (algo que ambos y sus compañeros conocen muy bien). En cuanto a la escena final de los créditos, si bien cortísima, es una invitación más al próximo espectáculo mutante que se nos viene y que recibe el prometedor nombre de X-Men: Apocalipsis (a buen entendedor, pocas palabras). 
Afiche "retro" de esta cinta.

martes, 17 de junio de 2014

La Novela Policial Chilena Cosmopolita en “Boleros en la Habana” de Roberto Ampuero.


I- Sobre el autor.

    Roberto Ampuero (nacido en la ciudad de Valparaíso de Chile el 20 de febrero de 1953) es hoy en día uno de los escritores chilenos más leídos en el mundo, teniendo a su haber más de 10 libros, los que han sido traducidos a casi 10 lenguas diferentes (entre las que se encuentran el croata, el chino y el sueco, entre las más “exóticas”).  Su enorme talento y éxito de crítica, como entre su público, le han otorgado varios premios, como reconocimientos honoríficos. 
Roberto Ampuero.
    Su literatura en general se mueve entre la novela policial (con la cual cobró fama y fortuna) y una narrativa centrada en las relaciones de las parejas heterosexuales contemporáneas y sus conflictos, además de unos cuantos cuentos y otros géneros.  En  su infancia y adolescencia estudió en un colegio alemán, donde le tocó convivir junto a gente de varios lugares del mundo; luego como adulto radicó en numerosos países, algunos bastantes distintos entre sí…Todo ello llevó a que su narrativa se encontrara llena de los paisajes y culturas que llegó a conocer, al igual que de la gente con la cual compartió.  De este modo, las miles de páginas que ha escrito reflejan su paso por las dos Alemanias durante la existencia del Muro de Berlín, Cuba, México, Suecia y Estados Unidos.  Sus primeros viajes que lo convirtieron en ciudadano del mundo, fueron motivados tanto por su juventud, como por su militancia de izquierda, una vez que decidió autoexiliarse luego de que la dictadura de Pinochet se asentó en su país.  No obstante ya más adulto, desencantado de la ideología comunista, convertido en un profesional y flirteando con el pensamiento de derecha que heredó de su familia, vivió radicado en otros lugares; también regresó en más de una ocasión a su tierra natal, tras la vuelta de la democracia a Chile.

II- La novela “Boleros en la Habana”.

     Corresponde a la segunda obra de su ciclo dedicado al detective privado Cayetano Brulé, editándose en 1994 y siendo la segunda entrega tras su debut con ¿Quién Mató a Cristián Kustermann? de tan sólo el año anterior.  A la fecha, son 6 los libros del autor que giran en torno a las andanzas policiales de su particular protagonista. 
     Sin dar mayores detalles, que pudieran quitarle a un eventual nuevo lector el gusto de la sorpresa, su trama consiste en lo siguiente: Un cantante de boleros contacta a Cayetano Brulé para que resuelva el misterio de una maleta con muchísimo dinero que llegó a sus manos y cuyo origen el artista ignora por completo.  Ante los hechos increíbles que se van dando de forma rápida, una vez que el cantante comienza a despertar la inquietud de los involucrados, Brulé le recomienda esconderse nada menos que en Cuba, su país de origen, cambiando eso sí de identidad; por otro lado el detective cubano avecindado en Chile se dedica a investigar, hasta que descubre una serie de acciones criminales que llegan a involucrar nada menos que a un importante político nacional.  Sin decir más al respecto, su desenlace involucra más de una sorpresa, que a más de un lector le maravillarán.
     Al tratarse de una obra policial, en el libro aparecen varios arquetipos, temas y patrones propios del género.  En primer lugar se encuentra la inmensa carga de la crítica social y con la cual se denuncia en este caso la existencia de corrupción incluso en las más altas esferas.  Este elemento le otorga al texto, el carácter de ser un oscuro retrato de los primeros años del regreso a la democracia en Chile, tras el lapsus en el que estuvo sometido a los vejámenes del gobierno pinochetista; es así cómo en la novela es posible identificar sujetos de moral sospechosa o meramente turbios y que sin embargo viven amparados por cierta amnistía de parte del nuevo gobierno y que en algunos casos hace la vista gorda frente a una que otra irregularidad (dentro de esto destaca la figura de un agente de carabineros o de investigaciones, quien durante el régimen dictatorial realizó torturas a los opositores y que pese a todo sigue trabajando en lo suyo, cuando se supone que alguien de su calaña ya hace rato que debería haber sido ajusticiado).   Por otro lado en los capítulos que transcurren en Cuba, es posible identificar la ambigüedad del régimen de Castro, siendo sus ciudadanos comunes y corrientes los que pasan las penurias de su injusticia social, que supuestamente su marxismo ha abolido y al que en más de una ocasión un ex partidario como el mismísimo Ampuero ha denunciado en sus obras (si no, basta con leer su entretenidísima novela semiautobiográfica Nuestros Años Verde Olivo, color que remite al traje que usan los militantes del “presidente” caribeño).
   
Ilustración que representa al carismático protagonista.
Considerando todo lo anterior, en este título el escritor retrata la sociedad chilena de principios de los noventa, como por igual describe con lujo de detalles una cultura por completo diferente a ella, tal cual es la cubana; de este modo en el libro en cuestión es posible hacerse una imagen pintoresca y crítica sobre cómo ambas naciones y sociedades viven su día a día a finales del siglo XX.  Por otro lado, cabe fijarse en el hecho de que la idiosincrasia e historia de ambos pueblos hermanos si bien son tan diferentes, a la vez conservan uno que otro rasgo en común, como bien lo pueden ser sus personajes pintorescos, tan representativos de sus respectivas naciones (amén de las desigualdades sociales propias de estos países tercermundistas).
    Siguiendo en la misma línea de las convenciones propias del género policial, de las que se apropia a su manera el autor, sobresale la existencia de la femme fatale, que en el texto corresponde a una mujer que necesariamente sin ser malvada, con su presencia gatilla varias subtramas y tragedias entre más de un enamorado suyo; la fémina a su vez se convierte en un fiel reflejo de una que otra pauta de comportamiento habitual entre la gente de su cultura (como bien resulta ser el deseo inmenso de sobrevivencia, a toda costa en un mundo difícil).   También existe en Boleros en la Habana la habitual violencia en este tipo de obras, la que en todo caso no llega a ser tan explícita y gore como sucede entre otros cultores del género; no obstante, ésta no deja de otorgarle su impronta de peligro a los vericuetos por los que pasan los protagonistas (cuota esencial en toda obra policial que se precie de atenerse a sus reglas), así como de brindarle su aire de salvajismo a los protagonistas de la novela.  Por otro lado, el misterio y las vueltas de tuerca abundan en la trama, a tal punto que vez en que se desenreda un argumento o conflicto, aparece otro que lo complica todo.
    La novela cuenta además con la presencia de un sano humor, que le otorga a la lectura un plus más a la hora de evaluarla de forma positiva, con personajes llamativos y hasta entrañables (tal como resultan ser el mismo protagonista, Cayetano Brulé y su fiel ayudante, de quienes se hablará más adelante, además del cantante de boleros y los secundarios que van apareciendo a medida que el libro se desarrolla).  Dentro de lo que respecta a los entes de ficción que pululan a través de sus páginas, es posible evidenciar en ellos a muchos de los personajes populares y anónimos, que abundan por las calles de las ciudades en las que transcurre la obra (en especial la Habana en Cuba y Valparaíso en Chile). Todos ellos son gente común y corriente que pese a su aparente monotonía, poseen uno que otro rasgo en su personalidad que les otorga atractivo y que por eso tanto el narrador como el detective se detienen en dedicarles su tiempo.  Es así como se encuentran en el texto oficinistas, agentes de la policía, dueñas de casa, vecinos, artistas, obreros y muchos más que configuran el especial mundo narrativo de la novela.
    Otro aspecto a destacar, es la prosa con la que se encuentra escrita esta narración y que resulta ser bastante barroca en varios momentos, quizás como una técnica estilística usada a propósito por el escritor, para emular a sus colegas más clásicos.

III- Los personajes:

  • Cayetano Brulé: El más celebrado detective de las letras criollas es de origen cubano, si bien se vino a vivir a principios de los setenta en Chile, radicándose en la ciudad de Valparaíso y donde tiene tanto su vivienda, como su modesta oficina.  Es un hombre que durante los eventos de este libro está por sobre los cuarenta años de edad, de estatura baja y con serios problemas de sobrepeso, que además usa bigotes y hace rato se está quedando calvo.  Como buen cubano gusta mucho del mejor café y del tabaco, los que en un país como Chile no siempre puede obtener de la mejor calidad y más aún considerando sus constantes apuros económicos.  Quizás como una ironía de su propio autor (tan dado a crear en esta serie de novelas a personajes llamativos, que en algunos casos caen en lo esperpéntico), Cayetano Brulé consiguió su identidad de detective privado gracias a un curso por correspondencia y que “dictaba” una institución de dudosa reputación; es por esta misma razón que a diferencia de muchos de sus más sofisticados colegas de oficio, el cubano no sea poseedor de la postura gallarda de quienes le han precedido en este tipo de historias; no obstante sí comparte con ellos el ingenio y la personalidad chispeante, además de la valentía, características que resultan ser requisito para sobrevivir en su medio.  A su vez como ya lleva años en el último país del mundo, codeándose con su gente de la forma más íntima posible, ocupa como todo un nativo de la región su lenguaje al revés y al derecho, así como también conoce y maneja todas sus más mínimas costumbres.  Mantiene una relación amorosa libre, con la dueña de un particular prostíbulo.
  • Bernardo Susuki: Hijo de un marinero japonés y una chilena, en las novelas de la saga cumple el papel convencional del fiel ayudante y confidente del detective privado de turno.  A su vez es un hombre sencillo, quien profesa un gran respeto por su jefe, al que trata de “usted”, quien lo llama afectuosamente “chino” (término usado en Chile para designar a cualquier persona de origen oriental y/o con ojos rasgados, indistintamente de su nacionalidad).  Posee un amorío con la dueña de un servicio de empleadas domésticas; esta relación le sirve a su jefe para averiguar secretos importantes, de quienes usan los servicios de dicha oficina de colocación.
  • Plácido del Rosal: En apariencia es un insignificante hombrecito quien contrata a Cayetano, no obstante guarda para sí más de una sorpresa.  A su vez este sujeto de voz angelical, ha recorrido gran parte del continente gracias a su labor artística.  Su papel sirve además para mostrar al lector un mundo para muchos desconocido y que no deja de hacerse atractivo en la novela, el de los cantantes itinerantes de pequeños espectáculos musicales (labor que el escritor realiza con eficacia, a la hora de describirlo todo con gran viveza).
  • Paloma Matamoros: Exótica bailarina del exclusivo Tropicana, centro de eventos cubano al que sólo los extranjeros pueden acceder en el país (si bien sus empleados son lugareños que trabajan para el gobierno de Fidel).  Es una mujer de belleza increíble, que ha roto más de un corazón entre los hombres.  Oficia también de prostituta, situación que el autor no deja de ilustrar y que es tan típica en la isla, en especial entre quienes explotan sus encantos para conseguir los medios que escasean para el ciudadano común o en el mejor de los casos, conseguir que un extranjero se los lleve a otra parte (a su vez el personaje permite desarrollar el drama de los balseros, lo que corresponde a los disidentes cubanos que arriesgan su vida escapando a aguas internacionales y usando embarcaciones endebles de producción casera).  Siendo menor de edad se enamoró con locura de un militar ruso, a quien le entregó su virginidad y le dio un hijo, quien en todo caso no llegó a conocerlo, ya que no volvió de nuevo al país una vez que terminó su periodo allá.  Cuando conoce a Plácido, quien engancha de inmediato con ella, aprovecha la oportunidad de poder irse por fin de Cuba (lo que en todo caso no será tan fácil como ella cree).  Su nombre y apellido, que bien pueden corresponder a su pseudónimo artístico para despertar mayores pasiones entre su público masculino, no puede ser más simbólico en su configuración: puesto que nombre y apellido corresponden a cierta antítesis entre sí, al poner en una misma persona la candidez del ave que le da nombre, junto a la idea de la “devoradora” de hombres y/o “asesina” de pasiones.
  • Suizo: Atractivo y varonil hombre que contrasta por completo con la figura desgarbada de Plácido y el pachacho Brulé.  Trabaja para la gente que perdió el dinero que encontró el cantante y que lo envía en su búsqueda para recuperarlo.  Si bien  trabaja fuera de la ley, no es un hombre por completo violento y acostumbra a usar el diálogo antes de ocupar la fuerza bruta.  Su destino se cruza de la forma más sorprendente con la ninfa Paloma Matamoros.
  • Moshé Dayan: Su nombre es un claro ejemplo de intertextualidad y/u homenaje por parte del autor, ya que Ampuero lo sacó de un personaje público israelí, quien era tuerto como su símil literario.  En la novela corresponde a un lustrabotas callejero que sirve a Cayetano de informante, respecto a varias actividades ilegales o de difícil acceso, gracias a sus bien ubicados contactos.  El detective le paga por estos datos a este hombre tuerto de serias convicciones racistas y que aparece en varias de las novelas del ciclo de Brulé (otro elemento irónico en el libro, si se considera que el protagonista es de origen cubano, quien mantiene esta estrecha relación de servicios con el lustrabotas).[1]
 
Lustrabotas chileno (para que se hagan una mejor idea los
lectores extranjeros, acerca de estos populares personajes de mi país).


[1] En Chile corresponde este oficio a sujetos que en plena vía pública lustran el calzado de los transeúntes, usando un banquito donde se sientan sus clientes y a quienes por lo general ofrecen periódicos, además de amena conversación, para que se entretengan mientras le realizan su servicio y el que realizan de una forma verdaderamente profesional.

viernes, 13 de junio de 2014

El Mejor Batman de Todos (5° parte): Cuidado con Batman


     Luego de la cancelación inesperada (y llorada) de Batman the Brave and the Bold en lo mejor de su tercera temporada, era de esperar que el personaje más popular y rentable de DC (lo siento, Superman) tuviese una nueva oportunidad a través de un show animado que lo revitalizara y le diera un punto de vista diferente para la televisión.  Fue así como el 13 de julio de 2013 se estrenó en USA Beware the Batman (conocida en español como Cuidado con Batman).  Considerando la idea de realizar algo por completo distinto a las anteriores series dedicadas a Batman, se optó en primer lugar en cambiar el formato de animación tradicional, por una digital y sofisticada, tal como tan sólo un año atrás se hizo con la también tristemente suspendida Green Lantern: The Animated Series (Linterna Verde: La Serie Animada); no obstante este nuevo programa contó con otros aspectos originales, que desde su piloto le otorgaron su especial impronta.

     Teniendo como a uno de sus productores y creadores nada menos que a Glen Murakami, uno de los artífices que es esa joyita ya clásica de Beyond Batman (Batman del Futuro, del hoy en día recordado universo ficcional televisivo de DC Dini/Timm), la serie se ofreció a los seguidores del Murciélago como la contrapartida en tono serio y más oscura e inmediata de su muchas veces bufonesca antecesora.  De hecho su nombre remite al personaje en sus orígenes, cuando en sus primeras revistas era The Batman y sus historias eran de carácter policial, en vez de mantener un tono que primara la espectacularidad, la fantasía e incluso la ciencia ficción.  No obstante los cambios hechos en este  programa, radican más bien en su trama en general, de modo que en este caso se alteraron de forma drástica algunos elementos argumentales: tales como la circunstancia vital más inmediata en cuanto a los aliados del superhéroe y la aparición de una galería de villanos, que en un principio no había sido utilizada en las aventuras catódicas del Encapuchado (de este modo se decidió por dejar de lado a sus habituales enemigos, ya algo trillados para las versiones televisivas, tales como los mismísimos Guasón, Pingüino, el Acertijo y compañía); así que al menos en sus primeros episodios se contó con criminales hasta el momento desconocidos para el público en general.
        Profundizando en los cambios dramáticos del canon batmaniaco de Beware the Batman, lo más radical corresponde al aspecto, la personalidad y el pasado del archiconocido Alfred Pennyworth, el fiel mayordomo de Batman/Bruce Wayne y padre putativo de éste, tras la trágica muerte de sus progenitores.  Pues bien, en esta ocasión lo primero que destaca en este Alfred “alternativo” es su complexión física, ya que acá deja de ser el delgado, estilizado y flemático mayordomo inglés típico, para convertirse en un fornido hombre maduro de aspecto varonil y amenazante.  A su vez en esta variante del carismático Pennyworth, aparte de mantener las típicas habilidades y conocimientos habituales que se le han adjudicado en los cómics, corresponde a la de un ex agente de la inteligencia secreta británica y por ende a todo un hombre de acción; por otro lado dentro de su pasado, se haya el hecho significativo de que éste preparó en gran parte al joven Bruce en las artes marciales, uso de armas defensivas y otros conocimientos que luego le serían vitales en su papel como vigilante.
    
Portada de uno de los cómics
inspirados en la serie.
Aparte de Alfred, en Cuidado con Batman otro personaje de importancia a la hora de hablar de aliados del Caballero Oscuro, resulta ser alguien completamente inesperado en una historia televisiva suya: Tatsu Yamashiro, aka Katana (por completo desconocida para el público no lector de cómics).  Ésta corresponde a una vieja heroína de origen japonés y a quien en la versión en papel Batman acogió junto a otros superhéroes jóvenes, a manera de aprendices, para formar de este modo el equipo llamado Outsiders.  Ahora bien, en este programa Tatsu es una joven adulta (más o menos de entre veinte y veinticinco años) y mantiene una estrecha relación con Alfred, quien en la práctica también viene a ser para ella una significativa figura paterna, luego del fallecimiento de su padre (de este modo una vez que Tatsu se gana la confianza de Batman/Bruce Wayne, queda claro el paralelo de ambos desde el punto de vista de su orfandad y la elección de cada uno de ellos de convertir su vida en una lucha por el bien y la justicia).  Ahora bien, la introducción de Katana (quien en todo caso acá usa un sobrio traje oscuro, que asemeja más a la vestimenta propia de una espía, en vez del colorido traje rojo y amarillo de su original comiquero) viene a reemplazar a la del habitual Robin, quien viene a ser el habitual compañero de correrías del principal paladín de Ciudad Gótica, en la mayoría de las producciones audiovisuales suyas.  No obstante aún cuando recae en Katana representar en cierto modo al llamado sidekick,  en esta última serie (concepto que corresponde al compañero infantil y adolescente de un superhéroe adulto, siendo el mismísimo Robin su mejor y más popular representante), en los primeros episodios se introduce la idea de una eventual aparición de Batichica y ello gracias a la participación en algunos de ellos de Barbara Gordon (la más célebre muchacha, de entre quienes han llevado el manto de la joven justiciera).
    En este programa como ya sucedió con The Batman, la cruzada del Murciélago se ubica dentro de sus primeros años (si es que no en el primero), de modo que el Encapuchado hacia el inicio de la serie no cuenta con el apoyo del cuerpo de policías de Gotham (de hecho, el “futuro” comisionado Gordon en un principio lo ve como a un malhechor más y no muestra mucha simpatía por éste, hasta que Batman logra ganarse se confianza) y a su vez es considerado por muchos como sólo una leyenda urbana (concepto introducido en el Batman postcrisis para acentuar su lado más oscuro y marginal).
    Tal como se afirmó en párrafos anteriores, los productores de Cuidado con Batman velaron por crear una obra por completo divergente a las de sus predecesoras; ello no sólo tiene relación con su sofisticada técnica de CGI, si no que bien puede apreciarse por la aparición de una gama de villanos por completo nuevos, para las series televisivas sobre el Caballero Oscuro.  Es así como en el piloto aparece una pareja de maleantes, cuyos orígenes se remontan no hace muchos años atrás; salidos de la mente febril de alguien como el guionista Grant Morrison, sus nombres son Profesor Pyg y Mr. Sapo.  El primero de ellos corresponde a un obeso hombre que ocupa un antifaz de cerdo y el otro a un tipo con aspecto de batracio humanoide.  Ahora bien, las intervenciones de estos dos en las viñetas resultan ser bastante macabras, razón por la cual su aparición en el programa se encuentra dosificada en sus grados de violencia, aun cuando debido al tono más adulto de esta serie, ambos no dejan de verse amenazantes; lo mismo sucede con el resto de los villanos, que irán apareciendo a medida que los capítulos avanzan.   Tras el uso en el primer capítulo de dos enemigos surgidos en las historietas de tan sólo la década pasada, en el siguiente utilizaron a uno más por completo inesperado y que si bien apenas apareció en historias posteriores tras su debut en los cómics, resulta tener una destacada significancia dentro de la continuidad postcrisis de Batman…y Superman: Urraca fue creada nada menos que por John Byrne para el número 3 de su destacada miniserie El Hombre de Acero y con la cual actualizó al “Azuloso”  para el universo DC postcrisis[1]; pues bien, Urraca sirvió de excusa en su momento para que Byrne realizara el primer encuentro entre Superman y Batman en dicha continuidad.   Esta psicopática ladrona con fijación en los objetos brillantes, en la serie se ve bastante remozada, dándosele una génesis por completo diferente y otorgándole así el estatus propio de villanos femeninos del Cruzado más habituales, como lo son Hiedra Venenosa y Harley Queen.  En cuanto al tercer episodio, en este aparece Anarquía, al que se le cambió por completo en el programa, tanto en su diseño como en personalidad: el del cómic más que criminal es un vigilante, alguien incluso carismático, que en ocasiones ha sido hasta aliado del Murciélago, como de otros superhéroes; Anarquía en la serie posee un aspecto albino,  recordando su imagen al Espectro de DC,  además su versión televisiva es por completo maligna.  En lo que respecta al resto de la serie, al menos en los 13 primeros episodios, desfilan otros villanos inusuales, como lo son Humpty Dumpty, un sujeto con forma de huevo y que rememora al personaje de un clásico poema infantil; y Lady Shiva, una mortal maestra de las artes marciales, que en los cómics también ha tenido sociedad con Batman.  No obstante durante esta seguidilla de enemigos nunca antes vistos en televisión, la primera mitad de la temporada 1, termina con la aparición de uno de los rivales más importantes y connotados del protagonista: Ras al Ghul (y quien ha salido en varios cartoons de DC).
    Como es habitual en el mundo de las historietas superheroicas, no podía faltar en este programa un team-up, o sea, un trabajo en conjunto entre dos justicieros (bueno, aparte de la labor habitual entre Batman y Katana ya referida).  Por lo tanto en esta producción es posible ver el surgimiento de Metamorfo (por segunda ocasión en un cartoon de DC, si se consideran los dos capítulos dedicados a éste en Liga de la Justicia); no obstante para el televidente poco habitual en materia de superhéroes, el tratamiento que se le da al personaje en esta ocasión, puede resultar confuso: puesto que pareciera, hasta cierto punto, que a Metamorfo se le diera más bien un carácter de contrincante, que de amigo de Batman.
    Considerando el tono mucho más adulto y dramático de Beware the Batman, respecto a los shows que le precedieron, el elemento de humor acá apenas está presente y salvo escasos guiños, los guiones le otorgan a la serie una sublimidad sólo vista antes en los episodios más dramáticos del trabajo hecho por la dupla Dini/Timm.   En lo que respecta a la primera parte de la temporada 1 (¡Y única!) del programa, cabe destacar la colaboración en el guión de un capítulo de toda una leyenda dentro del mundo de los cómics: Len Wein, cocreador de dos importantes personajes del medio, siendo estos la Cosa del Pantano para DC y Wolverine en Marvel.
    A su vez los diseños de personajes y de ambiente son soberbios, con una textura y colores bastante realistas dentro de lo que se puede esperar de una producción de este tipo. Destaca la presentación o créditos iniciales del programa, breve como es habitual en las últimas series animadas de DC (Linterna Verde y Justicia Joven), recalcando los tonos monocromáticos, en especial los relacionados con el rojo, el negro y el blanco.  A su vez sobresale la banda sonora, con el trabajo de Frederik Wiedmann, el mismo responsable del estupendo trabajo para la también fenecida Linterna Verde: La Serie Animada.  Por otro lado, el logotipo de la serie corresponde al de uno de los tantos diseñados para revistas clásicas del personaje, aunque en este caso incorporando las palabras Beware the (en español Cuidado con) dentro de la letra B.
     El nombre de los episodios sigue a su vez la tradición de corresponder a una sola palabra (característica usada en otra serie de DC, como lo es Smalville); de este modo entre ellos se encuentran Hunted, Secrets, Safe, Broken y Toxic, entre muchos más.
    Pese a su gran calidad artística, a su original propuesta argumental y a la preocupación por realizar un trabajo impecable, el programa no logró pasar la primera temporada y se canceló hace unas semanas atrás (estrenándose sus últimos 6 capítulos en un horario “imposible” en USA, esto es bien pasada la medianoche, con la intención de imposibilitar su renovación para un segundo año; de este modo Beware the Batman llegó a tener sólo 26 capítulos, demostrando una vez más cómo en Gringolandia, “botan” hasta las mejores series de forma caprichosa.





[1] Se habla de precrisis y postcrisis al periodo anterior y posterior a la famosa saga de mediados de los ochenta, llamada Crisis en las Tierras Infinitas y donde se reordenó el UDC (Universo DC), partiendo todas sus revistas desde el principio en lo que respecta a la cronología de sus personajes.  Esta continuidad tuvo un pequeño cambio a principios de los noventa con Hora Cero y duró hasta mediados del 2011, cuando tras la llamada saga de Flashpoint se pasó a una nueva realidad que recibió el nombre de Los Nuevos 52.
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