domingo, 11 de junio de 2017

Antes de Watchmen. Sexta parte: Dr. Manhattan.


6.1. El Dibujante.

      Adam Hughes (Estados Unidos, 1967) es un dibujante con un estilo preciosista y minucioso, que se podría catalogar como perfeccionista y que bien nos puede recordar al de J. G. Jones, de quien ya me referí en mi post sobre El Comediante (sin embargo las mujeres de Hughes, lejos resultan ser mucho más despampanantes y hermosas que las de su colega).   Pese a tan connotadas virtudes, que lo han hecho estar entre los artistas más respetados y solicitados de su rubro (o más bien quizás debido a ello), desde  finales del siglo pasado se ha dedicado más al trabajo de portadista, que de caricaturista; es así que podemos encontrar sus bellísimas ilustraciones para las series regulares de las dos féminas más importantes de DC: Wonder Woman y Catwoman, en las que estuvo 5 y 4 años respectivamente, creando verdaderas imágenes hoy consideradas entre la iconografía más importante de estas dos.
Autoretrato de Adam Hughes.
       Marcado desde su infancia por el arte de Jack Kirby y de John Byrne, como muchos de sus colegas se sintió a temprana edad impulsado a hacer sus propios dibujos, gracias a tantos cómics que leía y coleccionaba (su condición de ser hijo único hizo, según sus propias declaraciones, que se sintiera acompañado por sus historias y personajes). 
        Fue a finales de los ochenta, cuando casi por casualidad al comienzo de su carrera profesional, fue contratado por DC para realizar el apartado gráfico de todo un clásico de los cómics superheroicos: Liga de la Justicia Internacional, lejos una de las mejores etapas de este importante equipo, que gracias a los divertidísimos guiones de Keith Giffen y J. M. DeMatteis, se ha convertido en una de las favoritas de muchos (incluyéndome).
        El resto de su labor a cargo de los lápices de “interiores” como se le llama, ha sido al alero mayormente para DC, si bien haciendo páginas sueltas o historias cortas (one-shots o miniseries).  Dark Horse, Image, Wildstorm y, por supuesto, Marvel han contado con unos pocos aportes suyos, aunque significativos, entre otros estudios.  En el sello Vertigo de DC también posee unos cuantos trabajos destacados.
         También ha incursionado como escritor de guiones, afirmando que tiene facilidad para crear los diálogos de sus historietas, encontrándose en este apartado un recordado guión que realizó para el crossover de Superman y Gen13 (una recordada serie de los noventa del sello Wildtstorm, creado por Jim Lee, primero al alero de Image Comics y que luego pasó a ser editado por DC, hasta incorporarse a su multiverso gracias al reseteo que significaron los Nuevos 52).
         La miniserie de Antes de Watchmen: Dr. Manhattan, escrita nada menos que por Michael Straczynski, vino a ser su regreso magistral como dibujante de una obra completa, aunque como dice el dicho “Una golondrina no hace verano”; pues luego de esta labor que ya posee más de 5 años, apenas se le ha vuelto a ver realizando labores de este tipo.  No obstante nos quedan sus numerosas portadas, que le han concedido premios tan relevantes como el Eisner en 2003.

¡Yo quiero tener esta colección completa! (y la de su serie hermana: Liga de la Justicia de Europa).

6.2.  El Cómic.

          En solo 4 números Straczynski y Hughes profundizan en la mente de un personaje tan complejo (e “inhumano”) como el Dr. Manhattan.  Debe saberse al respecto, que el escritor en esta ocasión saca a relucir su faceta más seria o críptica, ya que su guión se aleja de la aventura y el humor, que hicieron de su participación en la miniserie sobre Búho Nocturno algo mucho más fácil de leer y divertido.  Me atrevo incluso a decir que de todos los especiales que comprenden estas precuelas, de la obra maestra de Moore y Gibbons, la presente fue la que menos me satisfizo (que mala no es, solo que me parece demasiado lenta y/o “contemplativa”).
          Dentro de lo dicho en el párrafo anterior, la primera portada realizada por Hughes promete algo que lamentablemente no se cumple en esta historieta: la participación como coprotagonista de Espectro de Seda, la segunda pareja conocida de este superhombre/dios.  Pues siguiendo los lineamientos del cómic original, el escritor optó por utilizar el estilo en tono de memorias por parte del Dr. Manhattan, quien comienza a hacer un repaso a su vida, esta vez desde su infancia.  Las remembranzas van saltando desde un periodo a otro, desde eventos ya mostrados en Watchmen, hasta acabar de manera sorpresiva (y única vez en esta serie de novelas gráficas) tiempo después de lo narrado en el título de los ochenta.  En este sentido más que ser una verdadera precuela, esta novela gráfica transcurre en paralelo a los hechos del título primigenio, ya que parte todo desde un momento clave del mismo Watchmen.
          Un ser tan poderoso y hasta omnipotente como este superhéroe (que no perfecto, sino que todo un dubitativo existencialista), se plantea varias cosas a lo largo de las páginas que comprenden esta historieta, ya sea su propia razón de ser, como sus acciones y las de sus mismos compañeros.  Debido justamente a su condición de criatura única, que sin dudas está por sobre el resto de quienes los rodean (pues en la práctica es un inmortal y ha dejado de ser un humano), a través de su persona nos encontramos con el tema de la soledad de los poderosos o de los sujetos que por una u otra razón se encuentran apartados del resto de la sociedad.  A diferencia de individuos como el Comediante y Ozymandias, quien en el primer caso, con su psicopatía carece en gran parte de la capacidad de mantener relaciones interpersonales sólidas y en el segundo caso, por sus aires de mesianismo se cree superior, el Dr. Manhattan ha llegado por accidente a estar apartado de los demás. 
          Tal como lo muestran los artistas detrás de la obra, esta deidad en la Tierra apenas es capaz de comprenderse así mismo, razón por la cual está en plena búsqueda de su papel en los acontecimientos y por ello mientras no sepa la respuesta, tampoco será capaz de convivir en plenitud con otros seres pensantes.  Dentro de todo esto, la miniserie resulta ser una interesante manera de adentrarse en la mente de alguien, que ya no piensa como nosotros y por eso mismo tal como queda demostrado en sus viñetas, el espacio-tiempo, las dimensiones en sí, funcionan de una manera por completo distinto en su circunstancia.
           Resulta atractivo que con todo el potencial que posee alguien como este ser, el cómic se adentra en algunos recursos narrativos caros a la ciencia ficción y en especial este arte gráfico: las realidades alternativas y la modificación de la supuesta línea temporal original, para originar una nueva y debido a una intervención en el curso normal de los hechos.  Ello, puesto que acá el Dr. Manhattan en un momento llega a intervenir en todo esto, en lo que podemos ver el deseo de conseguir la felicidad y/o la plenitud, que incluso él mismo pretende lograr; no obstante luego en un acto de heroísmo, renuncia a lo anterior cuando se ha dado cuenta de que lo hecho, causa efectos apocalípticos para todo el mundo.
           El detalle de la herencia judía del Dr. Manhattan, quien, como nos demuestra esta historieta, sufrió como buena parte de su pueblo los abusos del régimen nazi, viene a ser un detalle digno en el que detenerse: pues considerando lo que significó la Segunda Guerra Mundial, en la que se llevó a cabo por parte de los gringos los genocidios de Hiroshima y Nagasaki en Japón, por medio de sendas bombas atómicas, viene a ser un judío (emigrante en tierras estadounidenses más encima) quien se convierte en el avatar de todo este inmenso poderío nuclear.  ¿Un antiguo oprimido que se vuelve alguien extraordinario y a tal nivel en este tipo de historietas? Ese ya es un leiv motiv en los cómics superheroicos, como bien pasa con la figura de Spider-Man (quien pasaba bullying en el colegio antes de convertirse en nuestro Amistoso Vecino) y Luke Cage (el cual pasó por los típicos abusos racistas, por ser afroamericano, previamente a volverse Power Man), entre otros.
           Pese a la decepción que uno se puede llevar respecto a la ausencia de Espectro de Seda, al menos como secundaria en sus acontecimientos, sí participan otros de los emblemáticos Watchmen.  Es así que destaca el ya mencionado Ozymandias, quien tan relevante resulta en el clímax del cómic que originó todo esto (y en especial en su relación con el propio Dr. Manhattan) y que los autores de esta miniserie rescatan para profundizar en ello. 
Una de las preciosas viñetas de Hughes para este cómic,
 que sin dudas llegan a ser varias de ellas surrealistas.

2 comentarios:

  1. Saludos Elwin, Aquí murinus2009.

    Destacable lo que mencionas del dibujante Hughes que esta en un semiretiro y que sus historias lo acompañaban cuando era pequeño.

    Definitivamente si de algún superheroe quisiera tener los poderes, ese seria el Dr, Manhattan (en segundo lugar Wolverine).

    La historia dedicada a este Semidiós (Dios de hecho), se ve que es ingeniosa pues transcurre antes, durante y después de lo de Watchmen, notable que la encontraste lenta Elwin, ciertamente Dr. Manhattan es un personaje demasiado poderoso para el Universo en que le toco existir, con lo cual queda desfasado, no parece haber ningún desafío para el, es mas como para un Universo plagado de enemigos tipo Galactus o de tipo mas "amenaza galáctica", si a eso le sumamos sus dudas existenciales y su desencanto con la humanidad, a la que ya supero por su calidad de Dios en la Tierra, queda un personaje con el que es difícil saber que hacer, aun así en Watchmen se ve superado por los acontecimientos, lo que muestra la habilidad de Alan Moore.

    Gracias Elwin, creo que quedan personajes que casi aparecieron de "cameo" en Watcmen, veremos que trabajo preparas de ellos, hasta pronto.

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    1. Estimado Marinus2009, eres el único lector constante que me queda (o que al menos comenta) y por eso te atesoro bastante (y no estoy bromeando). Que compartas conmigo hasta las entradas más inauditas desde que llegaste a este blog, es algo que valoro mucho. Y fíjate que el "santo patrón" de los blogueros, Lobo, me recomienda semanalmente en su "Seminario Friki" a través de su página, pero o bien la gente es cómoda y no escribe o bien mis posts no tienen mucha repercusión...Y sin embargo me alientas con tus palabras.
      En cuanto a la novela gráfica a la que me refiero en esta entrada, pues ella demuestra que cada una de las que componen "Antes de Watchmen" es distinta entre sí, sin repetirse el mismo estilo entre una y otra, pese a estar relacionadas y poseer autores en común.
      Espero este mismo mes subir mi próxima entrada de la serie, que tantos textos en carpeta han hecho que me demore más en acabar mis impresiones sobre estas precuelas (y aún tengo una deuda con el primer Spiderman, que comencé hace semanas a leer y gozar).

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